Mas felicidad...
Esta hora de la siesta,
tiempo suspendido entre tiempos.
Afuera el sol, los pinos, ese olor, y una brisa
cálida pero no calurosa, de verano sureño.
Adentro, "nosotros".
La luz tenue entrando por las ventanas
de esta casita escondida entre los árboles,
La quietud,
el amodorramiento de los mayores,
la música de las chicas,
y saberlas en el comedor, con sus pinceles,
sus acuarelas, sus risas.
Siesta de arte y descanso.
Quieta, divina, sagrada siesta de familia.
Instantes fugaces y felices,
como mariposas.
Frente a un rancho que tengo..., pongo éstos versos colgados en un alambre. Es a ver si pasa algún caminante, y al verlos como ropa al viento... puede que salude agitando una mano como si hubiera encontrado algo suyo. ...y diga: Si, ahi está colgado lo mismo que yo quería decir. Palabras tendidas, Jorge Escudero
martes, 27 de enero de 2015
jueves, 15 de enero de 2015
Misterioso Aliento
¨Se acerca el tiempo en que solo aquello que supo permanecer inexplicable podrá requerirnos¨.
René Char.
Esa cita de R. Char ya la usé para otro post, pero va de nuevo, porque como dirían mis hijos: ¡Es la que va!
Hace un par de años, adopté la práctica de, en esta época, buscar/ elegir una palabra o frase inspiradora para mi año. En realidad más que buscar, la práctica tiene que ver con escuchar.
Son semanas en la que veo que mucha gente planifica y está a full delineando objetivos y actividades para el siguiente año, y a mi me pasa que aunque sea pleno verano, yo necesito hibernar un rato, y no me sale activar hacia afuera. Son días en los que afloja el trabajo, días de meterme para adentro, y de darle a mis horas una quietud que añoran y necesitan.
Entonces, a través de algunas herramientas y ejercicios sencillos, dedico algunos tiempos a conectarme con lo que está siendo importante para mi. Para eso que está latiendo y dando forma y contenido a mis días de cara al año que se viene.
La palabra o frase que en algún momento aparece, no quiere ser un objetivo, ni una resolución para el año. Simplemente es el nombre de algo que está resonando fuerte, y que intuyo va a estar bueno tener a mano, recordar, y dejar que se vaya instalando plenamente con el correr de los meses. Es algo que anhelo, imagino, y que cuando lo nombro, vibro.
Es un proceso de escucha que no hago de un tirón, sino por tramos, como un viaje largo. Dejo que durante unos días se vaya desplegando, y estoy atenta a las señales de adentro y de afuera, que me van mostrando por dónde va la cosa.
Una vez que creo que ¨la tengo¨, ( puede fallar, y cambiar al tiempo), trato de plasmarla en algo que pueda tener a la vista. Un año pinté con mi frase una bandeja, otro armé un señalador para mis lecturas.
Este año me llevó unos cuántos días dar con con una posible palabra. Había un par dando vueltas y no terminaba ninguna de caer con el peso de ¨es esta¨.
Como casi siempre, la paciencia paga, y finalmente Misterioso Aliento pareciera que vino para quedarse.
Misterioso Aliento que me habla hoy de un viento sagrado, presencia, estado, experiencia, casi innombrable ( seguramente por eso costó este año encontrar una palabra), que no se sabe a donde va, si que transforma, limpia, libera, vacía y deja un terreno lleno de posibilidad. Viento que es vitalidad, por momentos quietud, silencio y soledad, por momentos intenso movimiento y comunión.
Que es esencia, chispa y libertad.
Misterioso aliento con el que quiero vivir íntimamente conectada, por el que quiero dejarme acariciar y mecer. Que quiero por mi dejar pasar, para que no deje de llegar.
¨Misterioso aliento, como dice mi amigo Hugo Mujica, cuyo ser es pasar y que en su pasar, nunca cesa de llegar¨
René Char.
Esa cita de R. Char ya la usé para otro post, pero va de nuevo, porque como dirían mis hijos: ¡Es la que va!
Hace un par de años, adopté la práctica de, en esta época, buscar/ elegir una palabra o frase inspiradora para mi año. En realidad más que buscar, la práctica tiene que ver con escuchar.
Son semanas en la que veo que mucha gente planifica y está a full delineando objetivos y actividades para el siguiente año, y a mi me pasa que aunque sea pleno verano, yo necesito hibernar un rato, y no me sale activar hacia afuera. Son días en los que afloja el trabajo, días de meterme para adentro, y de darle a mis horas una quietud que añoran y necesitan.
Entonces, a través de algunas herramientas y ejercicios sencillos, dedico algunos tiempos a conectarme con lo que está siendo importante para mi. Para eso que está latiendo y dando forma y contenido a mis días de cara al año que se viene.
La palabra o frase que en algún momento aparece, no quiere ser un objetivo, ni una resolución para el año. Simplemente es el nombre de algo que está resonando fuerte, y que intuyo va a estar bueno tener a mano, recordar, y dejar que se vaya instalando plenamente con el correr de los meses. Es algo que anhelo, imagino, y que cuando lo nombro, vibro.
Es un proceso de escucha que no hago de un tirón, sino por tramos, como un viaje largo. Dejo que durante unos días se vaya desplegando, y estoy atenta a las señales de adentro y de afuera, que me van mostrando por dónde va la cosa.
Una vez que creo que ¨la tengo¨, ( puede fallar, y cambiar al tiempo), trato de plasmarla en algo que pueda tener a la vista. Un año pinté con mi frase una bandeja, otro armé un señalador para mis lecturas.
Este año me llevó unos cuántos días dar con con una posible palabra. Había un par dando vueltas y no terminaba ninguna de caer con el peso de ¨es esta¨.
Como casi siempre, la paciencia paga, y finalmente Misterioso Aliento pareciera que vino para quedarse.
Misterioso Aliento que me habla hoy de un viento sagrado, presencia, estado, experiencia, casi innombrable ( seguramente por eso costó este año encontrar una palabra), que no se sabe a donde va, si que transforma, limpia, libera, vacía y deja un terreno lleno de posibilidad. Viento que es vitalidad, por momentos quietud, silencio y soledad, por momentos intenso movimiento y comunión.
Que es esencia, chispa y libertad.
Misterioso aliento con el que quiero vivir íntimamente conectada, por el que quiero dejarme acariciar y mecer. Que quiero por mi dejar pasar, para que no deje de llegar.
¨Misterioso aliento, como dice mi amigo Hugo Mujica, cuyo ser es pasar y que en su pasar, nunca cesa de llegar¨
domingo, 11 de enero de 2015
Viento
Venir de su fuerza y su caricia
de su vitalidad y movimiento
de su silencio, su voz, su libertad.
Del que renueva, refresca, transforma,
inspira, mece, revitaliza, despierta
libera, dasamarra, pasa y
sigue.
Venir de ahi y hacia allí volver.
Ser como el viento.
I believe in all that has never yet been spoken
I want to free what waits within me
so that what no one has dared to wish for
so that what no one has dared to wish for
may for once spring clear
without my contriving.
without my contriving.
Rilke´s book of hours
miércoles, 7 de enero de 2015
Para mi
Para mi
la felicidad, para mi, es eso:
la lluvia bailando tap en el patio,
el viento entrando por la ventana,
el ruido de la hornalla prendida,
el paisaje -mitad húmedo, mitad seco-
de los primeros mates,
una pila de libros por descubrir,
la promesa de los adoquines
en las noches de verano,
la luz del farolito anunciando
que el bar está abierto,
mirar el cielo estrellado a medias
desde tu terraza,
los instantes sin miedo,
el peso de tu cuerpo apoyado sobre el mío,
tu boca dibujando el camino que transito
mientras tu mano quieta toma
el verdadero pulso de mi existencia.
Mariana Kruk
De oficio: Arder
De oficio: Arder
La felicidad, para mi, es eso:
Los agapantus cortados a la tardecita,
arreglados con delicadeza en el florero,
el preparativo y la espera.
Las chicas sentadas alrededor de mi mesa,
hablando a la vez, riéndose a carcajadas.
Vos, que llegás cansado y con tu generosidad
y cariño de siempre,
encendés el fuego y sacás la foto.
El viento, si, también el viento,
que bailaba en los álamos del fondo
y en la calle, aquella noche de luna llena.
La taza de te en la cama tempranito,
y la luz tenue que entra por la ventana.
El silencio de la casa en esta tarde de verano,
y esta música, bajo el ventilador, mientras escribo.
Los libros, el crochet, el collage, las palabras.
Andar en el auto cantando,
creyendo que el mundo se detuvo
mientras yo voy andando.
Y esta ¨sublime metamorfosis¨
que se está gestando.
Flor
lunes, 5 de enero de 2015
El libro del 2014
¨Se acerca el tiempo en que solo aquello que supo permanecer inexplicable podrá requerirnos¨
René Char
Hace unos días, un amigo preguntó: ¿cuál es el libro que te inspiró en el 2014 y a quién se lo vas a regalar?
Siempre me gusta repasar mis lecturas del año, y cuando vi la pregunta me vino a la mente uno de los últimos libros que leí. No se si considerarlo inspirador del año que se fué, ya que llegó a mi casi al final, si creo que le puso un buen moño al 2014 y le abrió la puerta de par en par al tono que creo me acompañará en este 2015.
No se lo voy a regalar a nadie por ahora. Porque es un libro caro, pero sobre todo, porque aprendí que muchas veces, un libro que a uno le dio un mazazo dejándolo noqueado y balbuceando de emoción y alegría, a otro puede resultarle un bodoque incomprensible y adormilador.
Me parece que puede ser el caso con este libro, denso, intenso, por momentos difícil, y notablemente profundo.
Me pasó al leerlo, algo parecido a lo que cuenta Susan Sontag acerca de su experiencia leyendo los diarios de Gide: ( va en el inglés original) ¨I should have read it much more slowly and I must re-read it many times — Gide and I have attained such perfect intellectual communion that I experience the appropriate labor pains for every thought he gives birth to! Thus I do not think: “How marvelously lucid this is!” but: “Stop! I cannot think this fast! Or rather I cannot grow this fast!”
En un rapto de entusiasmo, le regalé fotocopias de un par de capítulos a un amigo y calculo que a esta altura, (sin ofenderme, prometo), ya se habrán convertido en fuego para el asado.
Los libros van llegando a nuestra vida, cuando tienen que llegar. Si estamos atentos, podemos darles la bienvenida. Por lo menos esa es mi experiencia de los últimos tiempos.
Comparto entonces aquí algo de este fenomenal libro que llegó a mi en noviembre, en el momento justo, como llegan casi siempre estas joyitas. Vino, como bien dice Mujica en el prólogo, ¨a darme palabras para decirme y saberme, a permitirme leerme en él y respetarme también como incomprensible¨.
El saber del no saberse
Hugo Mujica, Ed Trotta.
¨Para la atención desasida, para el ver que no solo mira, o el oír que también escucha, las cosas se manifiestan, son el don de su ser y su no ser, su expresión y su reserva, la desnudez con que se muestran y el pudor con que se ocultan. Nosotros también...
Para que cada cosa no tenga otro fin que ser lo que está siendo, hay que aceptarla como don y figura del instante, dejarla ser, amarla, dejarla pasar, aceptarla como roce y despedida.
Asi, cada cosa es su tiempo, y su no tiempo, su vivir y su morir, su llegar y partir...
De despojo en despojo, hasta la pura interioridad...prescindir del conocimiento es...parte de la apertura a lo divino, parte de ir soltando toda aprehensión, toda identificación, toda amarra...
El recién nacido profeta descubre lo que hasta aquí no sabía: el profetismo del callar...
...la inabordable intensidad del aquí sin ningún allá, del alma abriéndose en lo que en ella se abre.
La unidad con todo, cuando ya no hay todo, ni hay unidad.
La libertad en mi, de mi...¨
Uff!
René Char
Hace unos días, un amigo preguntó: ¿cuál es el libro que te inspiró en el 2014 y a quién se lo vas a regalar?
Siempre me gusta repasar mis lecturas del año, y cuando vi la pregunta me vino a la mente uno de los últimos libros que leí. No se si considerarlo inspirador del año que se fué, ya que llegó a mi casi al final, si creo que le puso un buen moño al 2014 y le abrió la puerta de par en par al tono que creo me acompañará en este 2015.
No se lo voy a regalar a nadie por ahora. Porque es un libro caro, pero sobre todo, porque aprendí que muchas veces, un libro que a uno le dio un mazazo dejándolo noqueado y balbuceando de emoción y alegría, a otro puede resultarle un bodoque incomprensible y adormilador.
Me parece que puede ser el caso con este libro, denso, intenso, por momentos difícil, y notablemente profundo.
Me pasó al leerlo, algo parecido a lo que cuenta Susan Sontag acerca de su experiencia leyendo los diarios de Gide: ( va en el inglés original) ¨I should have read it much more slowly and I must re-read it many times — Gide and I have attained such perfect intellectual communion that I experience the appropriate labor pains for every thought he gives birth to! Thus I do not think: “How marvelously lucid this is!” but: “Stop! I cannot think this fast! Or rather I cannot grow this fast!”
En un rapto de entusiasmo, le regalé fotocopias de un par de capítulos a un amigo y calculo que a esta altura, (sin ofenderme, prometo), ya se habrán convertido en fuego para el asado.
Los libros van llegando a nuestra vida, cuando tienen que llegar. Si estamos atentos, podemos darles la bienvenida. Por lo menos esa es mi experiencia de los últimos tiempos.
Comparto entonces aquí algo de este fenomenal libro que llegó a mi en noviembre, en el momento justo, como llegan casi siempre estas joyitas. Vino, como bien dice Mujica en el prólogo, ¨a darme palabras para decirme y saberme, a permitirme leerme en él y respetarme también como incomprensible¨.
El saber del no saberse
Hugo Mujica, Ed Trotta.
¨Para la atención desasida, para el ver que no solo mira, o el oír que también escucha, las cosas se manifiestan, son el don de su ser y su no ser, su expresión y su reserva, la desnudez con que se muestran y el pudor con que se ocultan. Nosotros también...
Para que cada cosa no tenga otro fin que ser lo que está siendo, hay que aceptarla como don y figura del instante, dejarla ser, amarla, dejarla pasar, aceptarla como roce y despedida.
Asi, cada cosa es su tiempo, y su no tiempo, su vivir y su morir, su llegar y partir...
De despojo en despojo, hasta la pura interioridad...prescindir del conocimiento es...parte de la apertura a lo divino, parte de ir soltando toda aprehensión, toda identificación, toda amarra...
El recién nacido profeta descubre lo que hasta aquí no sabía: el profetismo del callar...
...la inabordable intensidad del aquí sin ningún allá, del alma abriéndose en lo que en ella se abre.
La unidad con todo, cuando ya no hay todo, ni hay unidad.
La libertad en mi, de mi...¨
Uff!
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