martes, 29 de abril de 2014

Cuarenta y seis

¨Clay that holds a story of human creative power holds also a story of the fragmenting power of time and weather and irretrievable loss . The beauty in a bowl is the truth of it. If part of it´s truth is the wounds it has endured, then those wounds are part of its beauty¨
K. D. Moore

Hace unos días, unas amigas con las que compartí años muy lindos de mi vida, me invitaron a almorzar a un lugar divino en un barrio al que no voy habitualmente.
Era una tarde de sol, con ese frescor que hace tan agradable los días otoñales.
El restaurant estaba en la otra cuadra del que había sido el primer departamento de casados de mis padres, el lugar en el que viví de recién nacida.

Le pedí a mamá por mensaje de texto que me confirmara la dirección exacta del departamento, y cuando terminamos de almorzar, me despedí de mis amigas, caminé esa cuadra por la que, a pesar de haber andado por ese barrio en mis años adolescentes, nunca había caminado y me paré frente a la puerta del lugar donde transcurrieron mis primeros días de vida. Vi salir a una chica joven con una bandana en el pelo, vi bicicletas en los pequeños balcones, reconocí ( por haber visto fotos),  esas ventanas de grandes vidrios repartidos.

El lugar en si, concretamente, no tuvo en ese momento un valor de ¨recuerdo¨ ya que no tengo ninguno de esos tiempos. Era muy chiquita y creo que fueron muy poquitos años antes de la primer mudanza.
Si tuvo el valor en ese instante y en los días que siguieron, de permitirme sentir como una nítida oleada, la misteriosa unidad de todo lo que fuí y todo lo que soy.
En esa puerta estaba la bebita de la foto, yo, y en el reflejo del vidrio, esta mujer que soy hoy, presente un buen porcentaje de las veces, con una capacidad nueva de observar-me, registrar-me y acompañar-me, una mujer que ha crecido y que seguirá creciendo mientras le den las patas y el aire.

El paso fugaz por esa puerta, lindera con la vía del tren, me permitió, en las cercanías de mi cumpleaños, y como festejo preparatorio, agradecer todo, lo que recuerdo y lo que no, lo que fué lindo y lo que hubiera preferido que fuera de otra manera, lo ganado y lo perdido, lo llorado y lo celebrado. Todo, lo que fué, lo que no pudo ser, lo que es.

Todo eso que hace, sin excepción, que hoy sea quien soy. Y por todo eso, celebro y doy gracias.

viernes, 18 de abril de 2014

Pascua

¨You have everything at hand. It´s not an impossible task to make the world a better place. Indeed, it´s an everyday job. We start by simply taking a look¨.
 K. Maezen Miller 















Vuelvo a nacer a cada instante,
si me doy cuenta.

Vuelvo a nacer cuando cada mañana, al despertar,
a pesar de los achaques matutinos,
me puedo levantar, y mi cuerpo de a poquito va entrando en ritmo.
Y doy gracias por un día más.
Vuelvo a nacer cuando en la primera penumbra de la mañana, prendo una vela,
abro mi cuaderno y dejo que las palabras me vayan diciendo.
Cuando abro la puerta de la cocina, veo el cielo y respiro este aire.
Cuando sin prender la luz todavía,
pongo la pava para el mate de marido y el primer te de mi mañana.
Vuelvo a nacer al preparar las viandas para el colegio de mis hijas,
y mientras espero el agua, cuelgo la ropa húmeda en el tender.
Vuelvo a nacer cuando pongo alguna esencia en el hornito del consultorio
y recibo a cada persona que va llegando.
En cada rato libre en el que me siento al solcito a leer o preparar los talleres,
esos que me vuelven a la vida en cada encuentro.
Vuelvo a nacer con cada renglón de algún libro que me atrapa,
con cada pequeño brote de mi jardín,
con cada día de sol y cada tormenta.
Vuelvo a nacer cada feriado, cuando puedo dormir un rato más
y quedarme leyendo o escribiendo en la cama.
En cada caminata,
en cada charla con alguna amiga,
en cada preciado momento de soledad.
Vuelvo a nacer en cada disculpa que pido y es aceptada,
en cada abrazo, en cada lágrima.
En cada gesto de amor por alguien,
y en cada gesto de amor que otros tienen para mi.
Vuelvo a nacer cada tarde, cuando termina el día laboral,
y disfruto del regalo de estar en casa con mis hijos,
de cocinar mientras escucho música,
y abrazar a marido cuando llega del trabajo.
Cuando me hago un ratito para cuidarme y hacer algunos ejercicios de yoga,
con linda música y otra vez mi velita encendida,
cuando el agua calentita de la ducha corre por mi cuerpo cansado.
Vuelvo a nacer cuando alguno de mis hijos pone la mesa,
o me ofrece ayuda para hacer la ensalada,
cuando me cuentan las peripecias de su día en el colegio o en la facultad,
cuando los escucho cantar y tocar la guitarra.
Vuelvo a nacer en cada comida, en cada momento compartido,
en cada reconciliación.

Vuelvo a nacer en este instante, mientras escribo
y por mi ventana veo el sauce, y el sol.

 ¨Y quiero decir que esto es asombrosamente suficiente¨

 ¨And I want to say that this is enough. I want to say that this is astonishing enough-the actual earth, the extraordinary fact of the ticking, smashing, singing, whistling, peeping earth-to make me think that I live in a sacred place and time. I want to say that there is a secular sacred...¨
K. Dean Moore







 





domingo, 13 de abril de 2014

Comienzos

¨Anchor yourself somewhere, anywhere, on the page. You are committing, yes, but the commitment is to this tiny corner. One word. One image. One detail. Go ahead. Then see what happens next¨
Dani Shapiro

Algo está comenzando en tu vida.
Algo estás comenzando.
Un proyecto, un amor, un trabajo, una pasión, un hobby, una nueva manera de ser y/o estar, una nueva manera de vincularte con vos mismo, con los otros, con el mundo.
Junto al entusiasmo, los temores, las trabas, los prejuicios, los fantasmas.
Múltiples voces resuenan en tu interior.
Habla la voz que dice: No voy a poder. Le hacés saber que la estás escuchando, le hacés lugar. La reconocés. Ya estuvo aquí otras veces. Con suavidad le proponés probar dando un paso chiquito a la vez. Empezar por un rincón, un detalle, un pequeño movimiento. Le asegurás que no hace falta dar pasos más grandes que lo que te dan las piernas. Y que siempre podés volver atrás a re-agruparte si te sentís tambalear. Le hacés saber que no hay apuro, la invitás a hacerse presente y demorarse, a darse tiempo, el necesario para que las cosas vayan tomando forma.
Escuchás la voz que dice: No me va a salir perfecto. La recibís con toda tu amorosa paciencia y le contás que tu trabajo no es hacer algo perfecto, sino hacer una pequeña marca y ver a dónde eso te lleva. Le recordás que lo importante no es controlar los ¨resultados¨ sino estar en camino y saborear el proceso.
Otra voz dice: Esperá, que todavía no tengo ¨permiso¨. A esa también la recibís, y desde tu floreciente libertad le hacés saber que vos podés habilitarte, que solo es necesario tu propio permiso.
Se escucha un susurro de fondo que dice: pero..., a nadie le va a gustar lo que yo hago, nadie me va a querer. Y entonces abrazás con inmensa ternura a esa trémula voz y le recordás con toda la delicadeza y cariño del que seas capaz, que tu tarea no es agradarle a todos, sino ser eso que solo vos podés ser, brillar con tu auténtica luz, única, irrepetible, necesaria.

Y entonces, vas, te das permiso y con todas tus voces, salís a brillar.

¨We fall in love, we have babies, we take risks. The alternative is cowardice. we show up for life¨
Dani Shapiro

jueves, 10 de abril de 2014

Finales

¨Having relinquished our former self, unwrinkled and immortal, we feel we have done enough, we would like to be through with the letting go and the losing and the leaving.
We aren´t through¨ 
Judith Viorst

Otra vez el otoño y otra vuelta más por aquello que no permanece, se pierde, deja de ser, se transforma.
Una vuelta distinta, un nuevo matiz de conciencia al que le doy la bienvenida en la penumbra de esta madrugada. Mientras escribo a la luz de una velita que titila suave al lado de mi taza de te, puedo sentir nítidamente la tristeza de lo que ya no es. Situaciones actuales que están dejando de ser, que me traen el recuerdo de otros finales.
Lo novedoso hoy es que a pesar de ver aparecer en mi un primer instinto de querer retener, conservar y resistirme, puedo hacerle hoy también lugar a una nueva aceptación de este gran misterio que son los finales, los ¨ya no más¨, la famosa y tan mencionada ¨impermanencia¨.
Estoy aprendiendo a aceptar una realidad con la que discutir sería entrar en lucha desigual.
Estoy queriendo aprender de la naturaleza, que es comienzos y también finales.

La vida está llena de ellos. Todo el tiempo. Algunos elegidos y bienvenidos, tantos inevitables.
Un lugar que se sentía cómodo y calentito abre de repente su puerta y entra un viento fuerte y frío que lo convierte temporariamente en un lugar que cuesta habitar, y ¨ya no es lo que era¨. Un hijo crece y ya no nos necesita de la misma forma. Una amistad que alguna vez fué, deja de serlo. Un cuerpo siente los achaques del paso del tiempo y sabe que ya no es el mismo ni lo será. Un árbol pierde otra vez, una vez más, sus preciosas hojas. La muerte, de otros, la propia.

Hace poco leí a alguien que escribía sobre la muerte diciendo alegremente que no le tenía miedo. Yo si le tengo miedo. O más exacto sería decir que un poco le tengo miedo y otro poco no me gusta que tengamos que morirnos. No quiero. No me gusta ese final para las historias.

Me cuestan algunos finales. 

En este otoño entonces le hago lugar en mi y recibo con paciencia y amorosidad a esa parte de mi a la que tanto le cuesta que las cosas se terminen, a cuán misterioso e inabarcable le resulta esto de que todo tenga un final, todo termine ( lalalala)
También recibo a esa otra parte que quiere confiar en que vendrán nuevos brotes, nuevas hojas tomarán forma y color que hoy todavía quizás no puedo vislumbrar. Que cree que eso sucederá al menos mientras respire, porque así es nuestra naturaleza.

Qué pasará después, ni idea.

Les dejo videito inspirador. Aprender de nuestra naturaleza, observando la naturaleza.

lunes, 7 de abril de 2014

Comunicación no Violenta o La paz empieza por casa

El año pasado, descubrí y me copé con unas conferencias de Marshall Rosemberg sobre Comunicación No Violenta. Están en internet, son gratis y son una maravilla total.
Una de las cosas que él dice es que detrás de cada ¨comunicación violenta¨, detrás de cada frase en la que emitimos un juicio o un diagnóstico de la otra persona, en la que la criticamos o culpamos, hay un intento fallido y trágico de expresar una necesidad no satisfecha y válida.

Esa necesidad, tantísimas veces es una melodía que tiene esta letra:
( la pongo en el original en inglés porque seguramente con mi traducción algo se pierda)

See me beautiful
look for the best in me
that´s what I really am
and all that I want to be
It may take some time
it may be hard to find
but see me beautiful

see me beautiful
each and every day
could you take a chance
could you find a way
to see me shinning through
and everything I do
and see me beautiful

Lo escucho cantarla con su guitarra y se me cae una lágrima. Y las lágrimas llegan, en mi experiencia, cuando algo ¨hits home¨, cuando algo da en un blanco interior. Y entonces vuelvo a casa. Algo adentro mío sabe que muchas veces, detrás de mis palabras hirientes, juicios o críticas, lo que en realidad estaba pasando era que había en mi una necesidad no del todo satisfecha de ser vista, querida, aceptada.

Me parece que no me pasa solo a mi. Y pienso cuánto mejor sería si pudiéramos, en vez de emitir juicios, diagnósticos o críticas, contarnos, con el corazón en la mano, lo que profundamente necesitamos.

Acá el link a la conferencia que escuché hoy. Es la tercera de una de las series, pero en esta particularmente da un pantallazo bastante exhaustivo de lo que el llama la CNV.
Dura una hora. Vale la pena cada minuto.

Si no funciona el link, pueden probar también con esta que es la primera de una serie que está subtitulada en castellano. Copian el link en su buscador y listo.

https://www.youtube.com/watch?v=NiJH9_IJFUM