jueves, 3 de octubre de 2019

Vamos a necesitar

Solo el amor completa el difícil camino de la separación.
Necesario parece, que nos vuelva a unir de otras maneras,
no por accidente,
sino en luminoso esfuerzo.
Diana Bellesi

Come my friends,
it s not too late to seek a newer world.
For my purpose holds to sail beyond the sunset
to strive, to seek, to find
and not to yield.
Tennyson




Cada uno desde su rincón, llora,
a su tiempo y a su modo, la ausencia.
Algunos la sangran, otros la cantan con sus guitarras,
otros se lanzan a las olas a navegarla.
Algunos cocinamos despacito este nuevo plato
que la vida nos prepara.
Océanos, mañanas, noches,
un poco de sal, un poco de pimienta.
Cebolla, para llorar otra vez y que no se sepa.
Dejar lugar para el llanto de algún otro, su miedo.
Que se acaben las épocas da vértigo,
a los veinte y a los cincuenta.
Otra vez las palabras ¨Nunca más¨,
tan infinitas, tan desiertas.
Necesitamos algo que nos vuelva a unir
de otras maneras, dice Bellesi, y acierta.
Lo que no dice es qué, ni cómo será ese algo.
¿Un avión, un watsap, 
fotos que irán y vendrán, de la vida allá y acá?
Vamos a necesitar algo más que eso.
Vamos a tener que aprender a vivir con este hueco.
Con él tenemos el desafío de construir algo nuevo.
Con el agujero y con la esperanza de lo incierto.
Quién sabe que nos traerán los años.
En el corto plazo la separación.
En el mediano y largo, el misterio.
Otra vez, y siempre,
el inevitable y abismal misterio.


martes, 24 de septiembre de 2019

Para qué escribir

Como planta que se estira para 
tocar la luz,
hay una forma de estar juntos
y no sabemos, más que lo que muestra el día.
Es posible, digo.
No sabemos. 
Escribo para encontrar la forma.
Natalia Romero
El intento


No sabemos.
Y lo que muestra el día, es ésto:
Un pájaro gordito, panza amarilla,
cerca de mi ventana, en la rama, todavía pelada.
El día muestra un cielo celeste, un sol.
Los primeros brotes de un ciclo nuevo.
Quién sabe qué habremos aprendido 
en el ciclo que se va.
No sabemos más que lo que muestra el día.
Lo demás, como un paquete de regalo,
con el paso del tiempo,
lo iremos desenvolviendo
se irá revelando.
Lo que quiero decir es que 
hacia adelante no sabemos lo que viene.
ni sobre qué de lo de atrás se apoyará.
Solo en el tiempo podremos unir los puntos.
No podemos planearlo de antemano,
ni saber con anticipación
que configuración tomará.
Escribo entonces,
no para saber el futuro, 
ni para volver el tiempo atrás.
Escribo para ir trasladándome,
despierta, atenta,
como en una cinta móvil
de un punto a otro
de ayer ------------- a mañana
de aquí ------------- a allá.
Escribo y al escribir camino,
doy un paso a la vez,
un poema, diez minutos, una mañana.
Escribo y dejo que tome peso, pista, volumen
lo que todavia no tiene forma
y renglón a renglón se develará.
Escribo, voy cruzando, avanzo.
¨Avanzo¨, digo, 
y esa palabra me hace preguntarme:
será, finalmente, como en aspas, hacia el júbilo?
Y recuerdo que lo que quiero, 
como dice Vlady, es estar
y estando,
dejar que todo avance, 
como en aspas, hacia el júbilo.
Para eso escribo. 

viernes, 21 de junio de 2019

Hambre de sur

INTIMACIÓN 
Denise Levertov
Esta luz, estas ramas, me impacientan.
Por más azul que esté, el cielo se entromete.
Porque empiezo a notar
que hay algo más que debo hacer,
y no logro encontrar el ritmo de los días
al que en otros inviernos podía moverme bien.

Porque sé
que una necesidad nueva ha empezado
a echar sus redes desde mí hacia 
un lugar desconocido. Busco
un silencio que está casi presente,
huidizo en los latidos de mi corazón.



Algo empieza a sentirse,
sonido tembloroso, familiar, acercándose
Es como una intuición, una inquietud en el cuerpo
una sed, un hambre
Va llegando borroso
y poco a poco va adquiriendo nitidez, claridad
Deseo de sur
anhelo de soledad, naturaleza, inmensidad, silencio
Anhelo de eso que sucede en esos viajes:
lo impensado
el amasado que se dónde empieza 
y nunca se donde me va a depositar
al terminar
una barrenada en el lago, el rio, las montañas.

El sonido dice fuerte y claro: 
Patagonia 
Inmensos cielos y tierras que se extienden sin aparente final
horizontes limpios que regalan amaneceres y puestas de sol.

El temblor debajo del agua dice: 
crecimiento, aventura.
Dice que vaya a mi encuentro.

El ruido debajo de esta piel dice que ahi me encuentro
sin que pese la soledad,
que ahi descanso de la preocupación de no saber,
de la conciencia punzante de la fragilidad
y del avance implacable del tiempo.
Descanso en la tierra que me sostiene
con todas mis incertidumbres, mis dolores y amores.

Empieza como un ruido borroso
cuando todo lo de afuera parece estar tan claro
y lentamente se empieza a poner nítido
y es como un embarazo.
Se gesta, le hago lugar
le presto atención, lo voy alimentando
pongo la intencion y atiendo a las puertas que se abren
y en algún momento me pondré en marcha
y empezaré a concretarlo.

Qué pide, qué quiere el temblor?
Quiere y pide que me lleve a la montaña
que me guarde un tiempo en el silencio
que me de ese golpecito de horno que todos los años me doy
y que me va cocinando a fuego lento, y cierto.



miércoles, 5 de junio de 2019

Hoy, yo, te recibo a ti..........


Vamos a resolver algo además de escucharnos?

Sometimes in doing nothing everything is undone,
and love is revealed to be the only true medicine. 
J. Foster


Hace unos días vino al consultorio una pareja.
Matrimonio cumpliendo 20 años de casados. 
No fué a propósito que estuvieran sentados conmigo
justo en el dia de su aniversario, 
pero no nos pasó desapercibido el significado.
Un posible regalo?
Una pausa antes de empezar los siguientes 20 años?

Sin haberlo planeado, fuimos indirecta y directamente haciendo foco
en el consentimiento matrimonial. Ese que se ofrecieron hace ya 20 años. 
Más específicamente en las primeras palabras.
No está mal empezar por el principio, las bases.

Hoy, yo, ........................, te recibo a ti,........................

Qué significa hoy eso en una pareja que está junta hace tantos años?
qué podría significar?
Podria no significar ya nada,
Podría estar todo el aire común 
colonizado por el hartazgo y la desesperanza.

También podría ser una puerta para recordar el amor
y renovar la intención de practicarlo,
refrescarlo, sacarle el polvo, abrillantarlo.

Podría ser algo tan concreto, pequeño y observable como:
me tomo unos minutos cuando llegás a casa
para cortar el automático de la vida doméstica
y acusar recibo de tu llegada. 
Para darte un abrazo. 
Hacerte una caricia en la espalda. 
Porque se que llegás cansado, cansada.
Necesitando el refugio de mi amor, de nuestra casa.

También podria ser:
Dejo mis cosas cuando llego, corro al baño 👀, 
y acto seguido te busco
en el lugar de la casa en el que estés, me acerco, te abrazo,
porque se que para vos también tal vez el dia fué largo
y necesitás un relevo, un descanso.

Dos maneras posibles, cortitas, concretas, de hacerte saber que te registro.
Que tenés un lugar en mi. Que no me da lo mismo.
Que no me das lo mismo.

Hoy te recibo.....

Sobre todo podría ser:( y creo sería muy deseable)  
En algún momento de lo que nos quede del dia juntos,
o en algún momento de la semana o del mes, ( mejor cuanto antes) 
detenerme un ratito más largo a escucharte. 
Para conocerte, para saber quién sos, para saber qué late.

Pero cómo para conocerme, si nos conocemos hace 20 años? 

Si, es verdad. Hay mucho que yo se de vos, y mucho que vos sabés de mi. 
Que soy esto, aquello, lo de más allá. 
Que reaccionás de esta manera.  Qué aquello te sale mal.
Que esto me cuesta. Que esto otro bastante bien se me da.

Pero cada dia es nuevo y nos invita a ahondar.
Cómo estoy, qué necesito, como estás, qué necesitás.

Y como dijo Lao Tse: ¨olvidar lo que sabías es mejor¨
a veces creer que ya lo sabemos todo,
dificulta la apertura a lo que está más allá.

Hoy te recibo.....

Dejo nombrado todo lo que ya se de vos, 
lo pongo por un momento a un costado,
y por un rato abro el espacio que soy para escucharte
y enterarme de lo que hay más allá de lo que se o creo saber. 
De eso que seguramente late en vos hoy,
que no es exactamente lo mismo que ayer. 
Del terror que te da compartir tu hondura, porque es lo más intimo. 
Tu tesoro blandito, tu emocion desconocida. 
De eso que hoy fué dificil para vos, de ese desafío que superaste, 
de eso que es importante para vos, 
de eso que estás sintiendo ahora, o lo que estás pensando.
Tus propios significados.
Enterarme, en fin, de quién sos hoy, en este momento,
ahora que te estoy escuchando.

Enterarme, enterarnos, esa tarea 
que hace que nuestra vida juntos 
sea una posible aventura cotidiana
y no un aburrimiento soporífero
en repetición eterna de disco rayado.

Hoy te recibo.....

y me animo a intentar escucharte, sin defenderme, sin juzgarte,
sin refutarte, sin aconsejarte ni consolarte. 
Te recibo y me quedo cerca, en silencio de presencia, acompañándote.
Y me permito asombrarme, porque ese matiz de tu experiencia,
la que me compartís hoy,
no la conocia, es nueva, y conocerla me permite acercarme,
estar en contacto, en fin, amarte.



martes, 4 de junio de 2019

La felicidad se teje..., entre poemas

 Hoy, ejercicio de escritura, entre dos poemas.


El trabajo de la felicidad

Pensé en la felicidad, en cómo se teje a diario
con el silencio de la casa vacía,
y en que no es súbita ni gratuita
sino una creación, como el crecimiento de un árbol.
Nadie lo ve, pero detrás de la corteza
crece otro círculo, en el anillo que se expande.
Nadie oyó a la raíz cavar más hondo en lo oscuro,
pero por ese trabajo interno el árbol se eleva,
sus penachos brillan y sus hojas destellan.

Asi, la felicidad se teje con la paz de las horas
y hunde sus raíces en lo profundo de la casa sola,
en el rincón, el busto antiguo,
los pisos frescos encerados,
cortinas blancas que ondulan suave y continuamente
cuando libre se mueve el viento
silencioso por el cuarto. 
Una biblioteca, una mesa y la pared blanqueada,
esos son los dioses de la casa, queridos y familiares,
aqui el trabajo de la fe puede hacerse mejor
y el árbol que crece es musical y verde.

Porque, qué es la felicidad sino crecer en paz,
el sentido atemporal del tiempo
cuando los muebles pasaron toda una vida
en el mismo lugar,
y los sueños viejos, con el viento, al moverse,
agitan las hojas de la felicidad presente?
Nadie oye una idea ni escucha un pensamiento
pero donde se vivió en introspección
el aire queda cargado de bendiciones y bendice,
las ventanas miran a las montañas
y las paredes son amables.

May Sarton

Qué es la felicidad sino el buen aprovechamiento del tiempo? 
Y qué es un buen aprovechamiento del tiempo?
Somos felices nosotros?, me pregunto.
Creo que todavía la estamos tejiendo.
A la felicidad digo.
A la vida, esta creación que sucede afuera,
en la casa, los muebles,
los hijos, el viento, el trabajo, los amigos,
y sobre todo adentro, en la quietud de los procesos,
en el juguito sabroso y personal del silencio,
en los aprendizajes y descubrimientos, 
en la posibilidad de cambiar la mirada, 
en esos chispazos de lucidez
y de amor pleno al momento,
en el crecimiento lento, pausado, desde adentro. 
En cada cruce turbulento, 
en cada orilla tranquila, transparente, quieta.
En cada pradera soleada y verde.
En cada tormenta.
En cada tiempo incierto.
Como éste. 
La estamos tejiendo.
A la felicidad digo.
La estamos tejiendo.


Una vida entera buscándola,
como una lombriz en la tierra, como un halcón.
Atando cabos, bosquejando huesos.
Averiguando a dónde va el camino.
Lao Tse dice: ¨olvidar lo que sabías es mejor¨
Y eso es lo que quiero:
perseguir estas visiones claras
hasta el lugar mismo donde se desvanecen
de nuevo en la conciencia de mi tiempo
El mismo viejo circuito
pero algunas sendas marcadas con color.
Vacíos
y libres de irnos.

Gary Snyder

lunes, 27 de mayo de 2019

Prefiero

Nos encadena lo que rechazamos,
el malestar se nutre de resistencias
Quien amputa una parte
se encuentra eternamente
en fuga, intranquilo
La realidad es más real que perfecta
y es suficiente con que así sea.

Joan Garriga


Nos perdemos más por no saber mirar que por no saber
R. Esptein

Prefiero hoy levantarme cuando todavia es de noche
Prefiero estar despierta en la oscuridad
y ser testigo de cómo va llegando la claridad.
Prefiero hacer mi experiencia.
Constatar, para después poder contar.
Prefiero un rato de soledad al comenzar el dia,
que tener que conversar.
Prefiero domingo a lunes.
Prefiero estar a no estar.
Prefiero escuchar a hablar,
saber que todavía estoy aprendiendo, a creermelá.
Prefiero, cuando tengo que hacer algo, hacerlo con libertad.
Prefiero pensar por mi misma que comprar cualquier verdad.
Prefiero aprender a hablar suave que gritar,
prefiero hacer espacio, aunque me cueste un poco,
que eyectar, que a veces me sale más automático y natural.
Prefiero cambiar a quedarme siempre igual.
Prefiero la palabra transformar a la palabra identidad.
Prefiero el amor, a las cosas,
el amor construido a fuerza de mirar,
de tomar conciencia, de recalcular.
Prefiero los fideos con amigos queridos, en intimidad
que un evento de compromiso en algún pipi cucú restorán.
Prefiero a la gente que mira a los ojos.
que se interesa, que sabe escuchar
Prefiero ir aprendiendo
que lo que prefiero no siempre sucederá,
prefiero entonces, aprender a aceptar,
porque prefiero el bienestar que por experiencia
se que aceptar me da.
Prefiero el bienestar al malestar
( parece una obviedad, no?,pero tantas veces elegimos para atrás)
del sufrimiento prefiero pasarme al canal de la paz
Paz con lo que es.
Paz con lo que hay.
Paz con la vida y el mundo tal como a cada momento están.
Paz con cambiar lo que se pueda cambiar.
Paz con aceptar lo que haga lo que haga parece siempre igual.
Paz con el misterio.
Paz con la verdad,
que no es lo que yo creo saber que es.
Es mucho más.
Siempre mucho más.

viernes, 10 de mayo de 2019

Cosas que hacer en la panza de una ballena

Ejercicio de taller
inspirado en el poema de Dan Albergoti


Cosas que hacer en la panza de una ballena

Abrí los ojos. Esperá.
Acordate que después de un rato de no ver nada, 
algo empieza a adquirir claridad.
Sorprendete, asombrate con lo que podés ir descubriendo
en el vientre del mundo.
Dejate mecer. Tal vez si lo pensás como un mecimiento,
no te marees demasiado.
Si te mareás, dormí un rato y pasa.
Todo pasa. 
Aprendé a esperar.
Sentí el ruido del agua y agradecé poder viajar por la profundidad.
No tenés a donde ir. 
Dejate llevar.
Observá durante el viaje y aprendé de los engranajes de la vida.
Fijate cómo late el corazón de tu ballena. 
Comprendé los pequeños y extraordinarios detalles
del funcionamiento interno.
Tratá de no desesperarte.
En algún momento te va a escupir en alguna orilla, 
o en el medio de algún mar
y ya no serás la misma.
Algo se habrá transformado en esa calentita y húmeda oscuridad.
Acordate que aunque vos estés quieta ahi, algo se está moviendo,
y te está llevando a algún otro lugar.
Desconocido para vos todavía, pero ella, la ballena,
ella, la vida, sabe por dónde va.
Tomate este traslado como una parte necesaria del viaje.
Flotá con ella.
Dejate llevar.
Tranqui que no te hundis,
estás en el vientre protegido de la ballena.
En el vientre protegido de la vida que va y va.
Familiarizate con esa oscuridad
porque no será seguramente el último viaje
que en ella vas a realizar.
No hagas fuerza, ya sabés.
su potencia, la potencia de la vida, es mucha más.
Aprendé a esperar.
Aceptá la invitación. Viajá.
Abrí bien los ojos, para que cuando te escupa,
puedas mirar y descubrir a dónde fuiste a parar.
No hay transformación sin profundidad.
No hay vida que se precie sin tramos de oscuridad.
No hay vida predecible, lineal.
Esta es tu vida ( ballena incluida)
dejate acunar
dejate ahondar
dejate trasladar
dejate transformar
dejate llevar
Renacé en algún otro lugar.

viernes, 12 de abril de 2019

No quiero que sepas


Hace mucho que no paso por el blog.
Aprovechando que ayer comenzó un taller nuevo,
dejo hoy por aqui un texto cortito
que escribí en una de nuestras sentadas, en las que invito a explorar
esta práctica de escritura salvaje, intuitiva, imperfecta, creativa. 
Practicar es la consigna.
Para mantener encendido el fuego que nos transforma.
El fuego de ser y hacer espacio para que lo vivo se mueva,
se exprese, cambie,
avanzando misteriosamente un pasito más hacia adelante. 
Escribir sin querer sonar inteligentes, sin importar si luce muy bien.
Escribir como un camino para aprender a mirarnos
de frente y con compasión.
Escribir como una manera de movernos más alla
de lo que ya sabemos de nosotros mismos.
Escribir para practicar hacer lo mejor que podemos
con lo que tenemos a mano. 
Escribir para aprender a quedarnos con lo incómodo,
con lo que todavia no es claro.
Con lo que de a poco va emergiendo y tomando forma.
Escribir como una forma
de aprender a esperar sentidos y no resultados. 

No quiero que sepas

No quiero que sepas que cada nuevo taller
despierta mis fantasmas,
que cada vez es la primera vez
y en algún lugar de mi ser,
me siento una total principiante.
No quiero que sepas que me olvido
la mitad de las cosas que planifiqué
y que eso me trae una sensación de insuficiencia
de no alcanzar, de miedo.
No quiero que sepas que en algún
lugarcito de mi me iría corriendo
aunque hay un lugar más grande adentro mio 
en el que estoy absolutamente segura
de querer quedarme.
No quiero que sepas que por momentos,
hasta que veo que todo fluye, 
monitoreo las expresiones, 
y tengo la mandíbula apretada.
No quiero que sepas que algo
en mi, teme siempre un poco, no ser aceptada.
No quiero que sepas que si fuera por mí, 
no prenderia esta luz de techo,
que no me gusta nada,
y que nunca termino de sentir del todo que alcanza.
No quiero que sepas de esa parte de mi, insegura
que a veces se siente fallada.
No quiero que sepas de mis ridiculeces
y de todas mis vergüenzas
aunque también
me encantaria animarme a mostrártelas
sería tan liberador, un verdadero alivio
saberme escuchada, sobrevivir a la vergüenza
de mostrar mis hilachas.
No quiero que sepas que se me hace larga esta sentada
que me gustaria dejar de escribir
para sacar una foto
pero siento que tengo que dar el ejemplo,
respetar la consigna, seguir escribiendo.
(Que risa me empieza a dar todo esto)
No quiero que sepas, no quiero que sepas...
pensándolo bien, ya no es verdad que no quiero que sepas
Quiero contarte todo, que me mires con amor
y saberme aceptada, asi, como soy.


domingo, 3 de febrero de 2019

Hilos invisibles


¨Una nena se perdió en la playa. La levantaron en brazos y empezaron a aplaudir, buscaban a su mamá. Y en la arena un pibe tocaba la guitarra y pensó "aplauden mi canción", y muy agradecido levantó las manos: "muchas gracias" decía. Al verlo levantar las manos pensaron: "es el papá", y le llevaron a la nena. Él la miró y le preguntó qué quería escuchar. Ella nombró la canción favorita de su mamá. La mamá, en el mar hasta las rodillas, escuchó su canción preferida y salió corriendo. Encontró una ronda de baile muy festiva, y en el medio su hija tocaba la pandereta y cantaba. Terminó la canción: la mamá abrazó a su hija, todxs aplaudían al pibe, y él creía que aplaudían a la nena: "dónde habrá encontrado mi pandereta" pensaba "y ese ritmo perdido".


Ayer leí este texto de André Demichelis, y como otras veces,
su escritura circular, ingeniosa, profunda en su sencillez,
me despierta a la ternura, y a tantas cosas más.

Esta vez me trajo el recuerdo de un texto cortito que escribí
en una de mis prácticas de escritura,
alguna mañana del año que se fué y que también comparto acá. 

En esta mañana de domingo, celebro la escritura
como una manera privilegiada de recordar,
clarificar, encontrarme, recuperar, descubrir, constatar,
preguntarme, aprender a mirar, 
enamorarme de lo imperfecto, hilar, hilar,
inmortalizar lo que no permanecerá,
aprender a quedarme en mi vida tal como es..., y moverme más allá. 


Aquí, ahora...respondo algunos mensajes
que me acercan a gente querida,
y va llegando al final, una semana que se tiñó de nostalgias.
También, de ir tejiendo una trama 
con hilos color de aprendizajes, puntada a puntada
Me escucho diciéndole a una persona que acompaño,
algo que le sumó
y la ayudó a cambiar una mirada, y siento que al decirlo,
también yo sigo aprendiendo a cambiar la mirada
Recuerdo cada carta escrita, y doy gracias
por el recorrido interior que hago en cada sentada
Las amigas en ese desayuno urbano
El encuentro, las risas, el llanto
Escucharlas decirme: Flor, sos sabia, y pensar:
mis hijos no lo creen tanto
Me veo haciendo tiempo en un café del centro
observando a la gente
sintiendo el ritmo de ese barrio, sintiendo su ausencia/presencia
Recuerdo lo que aprendí más temprano acerca de los haikus
recuerdo haber sacado mi cuaderno, escribir
y mientras todo el resto alrededor
miraba sus teléfonos, lagrimear.
En esta mañana lluviosa, me levanto temprano
y mientras escribo acomodo adentro
cada pincelada de lo vivido esta semana
Y vuelvo a constatar la presencia de ese hilo invisible
que todo lo entrama.
Cerrar una cuenta de banco.
Volver a cantar Sea acompañando, acompañada
Encontrar a Miguelito en esa cuadra
Recordar el jardincito de Kerigma
recordar a ¨manitos atrás¨
Recordarme, recordarla.

domingo, 6 de enero de 2019

Así será. Ya lo verás.




Entre otras cosas que pasaron por aquí el año pasado, en noviembre, inesperadamente, se murio el sauce llorón de la entrada.
Partió en silencio, sin aspavientos, sin avisar.
Simplemente, cuando llegó la primavera y todo empezó a ponerse verde otra vez, como quien un día deja de respirar, él dejó de brotar.
Algunas vecinas atentas, amantes del mundo verde, me escribieron, interesándose por su salud.
Me encontré respondiendo que seguramente, su partida era una más de las tantas transformaciones que nos estaban preparadas para este tiempo.

Tenía ya unos cuantos años. Lo habíamos plantado nosotros.
Un gajo del sauce llorón del fondo.
Un hijo del primer sauce. Había prendido fuerte, echaba su peluca frondosa y fosforescente sobre la calle, y cuidaba de cerca a la camelia que yo había rescatado también hace muchos años de los juegos de Lorenzo, el cachorro indomable. A su sombra la camelia creció lenta, pero sin pausa, y hoy es una señora camelia, que nos regala sus flores durante todo el invierno, provocando la admiración ( y el instinto ladrón) de todo el que pasa por el frente de nuestra casa. Siempre tuvimos la teoria de que pudo crecer asi de fuerte y vigorosa gracias a estar bajo la protección del sauce. Y cuando en noviembre el sauce murió, junto con la pena de su ausencia, la preocupación acerca de qué será de la vida de la camelia ahora que el sauce no está...

Hoy, mientras me detengo a honrar su paso por nuestra vida y la de nuestra casa, pienso que tal vez, la camelia ya no lo necesite tanto, ni de la misma manera.
Ya está grande, es fuerte...

Me acuerdo de El jardinero fiel, de Clarisa Pinkola, y voy a buscar algunos párrafos que subrayé hace tiempo:

¨ Queremos que el campo siga siendo lo que siempre fué, en toda su singular belleza, de la misma forma que queremos que la vida siga siendo lo que siempre fué. Pero viene el fuego. A pesar de nuestro miedo, aparece de todos modos, a veces por casualidad, a veces, por razones que nadie acierta a comprender.

Pero el fuego puede encauzarlo todo en una nueva dirección, hacia una vida nueva y distinta.

Esta temporada tiene que quedar atrás? Preguntó el abeto. 
Si, contestó la ratita. Esta temporada ha terminado. Pero ahora empieza otra distinta. 
Una nueva vida, siempre otra clase de vida viene después de la antigua.
Ya lo verás.

Hay una fuerza que empuja a todos los seres hacia una nueva vida, 
cualquiera que sea el fuego que los haya abatido. 
La nueva vida llegará tanto si uno quiere como si no¨

La tierra queda vacía por un tiempo, a veces, arrasada, otras, simplemente, atravesando el ciclo natural de lo que crece, se transforma, cambia, se va.

Y hay algo, que permanece a la espera de que abramos el camino, algo que ama y espera que preparemos el terreno apropiado para que manifieste su presencia en toda su plenitud.
Mientras cuidamos con esmero esa poderosa fuerza, aquello que parecía muerto ya no lo estará, lo que parecía perdido dejará de estarlo, lo que parecía imposible será posible, y cualquier terreno en barbecho estará simplemente descansando, a la espera de que la bendita semilla sea venturosamente llevada por el viento. 
Y lo será. ¨

En esta mañana veo los troncos apilados en el fondo del jardín.
Pienso en la inmensa y callada generosidad de nuestro sauce.
Honro y agradezco su presencia de tantos años en la entrada de la casa.
Sus ramas ondulando al viento. Su color, su sombra, su protección.
Despido al sauce y con él también despido una temporada, una etapa, un tiempo de la vida familiar.

Preparo el camino para que en esta tierra transitoriamente desierta y en barbecho, la vida con su fuerza, tome una nueva dirección. Espero esa semilla nueva que será traída por el viento.
Y confío que así será.

jueves, 3 de enero de 2019

Cosas que hago con Fe

Cuantas más veces haces algo, mejor lo haces y más lo necesitas. 
Eso vale lo mismo para una rótula que para un corazón.
A. Neuman



La Boca del lobo 
jimena Arnolfi

No es que quiera conseguir algo
pero necesito salir de donde estoy
Llamo, busco al tanteo
tengo el cuerpo dormido
pero la voz habla.
espero con fe
delante de la puerta cerrada.
Abro la heladera con fe
me visto con fe
bailo cumbia con fe.
No pasa nada
cuando hago las cosas con fe
pero voy a insistir


Cosas que hago con fe

1) Me levanto a la mañana y tomo el jugo de un limón con agua.
Dicen que alcaliniza el medio interno, y que alcalino es mejor que ácido. 
Fe en lo que dicen. Cuánto mal puede hacer el jugo de un limón?

2) Tomo mate en silencio y escribo. 
Lo hago con Fe? No creo.
Lo hice con fe al principio. Cuando todavía no sabía.
Ahora Se. Entonces lo hago con SE. Se que me hace bien.
Se que me trae la revelación y ampliación del mundo.
Voy a insistir, ya SE.

3) Con esa Fe del principio de la escritura, hoy bailo. 
Bailo con Fe en que bailar me ayude a seguir moviendo lo atascado, 
lo congelado y dolorido. Un poco Se, otro poco Fe.

4) Con Fe también estoy tratando de nadar. Meterle más movimiento 
a mi vida corporal. Aprovechar el verano, la pileta, la soledad. 
Mientras haga calor, nadaré con fe.
Hoy que está nublado y fresco, seré atea.

5) Con Fe disminuí harinas y lácteos. 
Aunque hoy me fuí un poco al pasto y le puse Finlandia a la galleta de arroz.
De todas formas, no estoy segura de que el Finlandia
sea un lácteo y no un plástico.
A lo que voy es a que con Fe hago cambios en mi alimentación. 
Fe en que todo cambio sea para sentirme mejor.

6) Con Fe pienso en el tiempo que viene 
( sin ninguna certeza de cómo podré ajustarme a lo nuevo)
Recuerdo el artículo que leí ayer:
una mujer que después de criar a sus cuatro hijos,
no sabé quién es, ni qué hacer con su vida,
y decide partir cuatro meses a Europa.
Un mes de duelo por cada hijo que crece y se va.

Cuánta fe en retirarse, pienso.

La misma fe que tengo yo cuando me voy.
Me retiro con Fe, a la soledad y al silencio,
En realidad me retiro con SE. 
SE que en el silencio y la soledad de la naturaleza
me encuentro.
me recupero. 
Recupero la FE.