lunes, 30 de marzo de 2015

Viajanding






















1) no me hace falta llevar muchas cosas. Me muevo con mas libertad si logro ir liviana  y sin arrastrar pesos innecesarios.

2) es importante entonces, que lave la ropa cada dia  (tener una percha inflable es un hallazgo espectacular!)
Revisar, recalcular si hace falta, perdonar y ser perdonada. Escuchar lo que necesite ser escuchado.
Rutinas de higiene diaria. Prácticas espirituales que necesito para volver a empezar cada dia. Volver a empezar. Una y otra vez.
Página en blanco, ropa limpia que se volverá a ensuciar.
Una tarea de nunca acabar.

3) tener en cuenta algunas recomendaciones de gente que ya ha realizado tramos del viaje pero finalmente hacer un recorrido único, original. El propio. El mío.

4) perderme por ratos. Volverme a encontrar.

5) andar despacio. Pasar despacio.

6) estar en cuerpo y alma en un solo lugar a la vez. Al menos intentarlo.

7) ver lo más y mejor que se pueda
( encarar el uso de anteojos si hiciera falta)

8) detenerme a mirar lo que está delante de mis ojos a cada paso. Y volver a mirar, como dice Keri Smith, casi estúpidamente,  hasta encontrar eso que llame mi atencion. Sorprenderme y asombrarme. Cada vez.

9) llevar un registro interno y externo de las experiencias del viaje. Llevar un registro interno y externo de como voy experimentando la vida.

10) contarlo. Compartir la alegria y los descubrimientos de cada tramo del viaje, con la esperanza de tal vez inspirar a otros a emprender sus propios viajes ( y sus propias vidas).


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martes, 17 de marzo de 2015

En camino

 Esta noche un gato lloró tanto, que sentí una de las más profundas compasiones por lo que está vivo. Parecía dolor, y en nuestros términos, humanos y animales, lo era.
¿Pero sería dolor, o era ¨ir¨, ¨ir hacia¨?
Pues lo que está vivo, va hacia.
C. Lispector


Se oye el llanto
que pide
recalcular, reorientarse, dejar morir formas viejas,
dar de nuevo, volver a amasar, 
dejar levar,
y escuchar las formas nuevas que están queriendo brotar. 
Dejar que lo vivo, por vivo, se mueva. 
No pelear contra ese impulso vital.
Subirse a la ola y dejarse llevar.
Confiar en que en la nueva orilla
también habrá tesoros para disfrutar.
Desplegar alas,
las mías.
Y regalar dones, los míos.
¿Cuáles sino?
¿Quién sino?


sábado, 14 de marzo de 2015

Taller, diario de viaje

The grass is not, in fact, always greener on the other side of the fence. No, not at all. Fences have nothing to do with it. The grass is greenest where it is watered. When crossing over fences, carry water with you and tend the grass wherever you may be.
Robert Fulghum

Regá tu pastito con el agua fresca de la atención, y vas a ver que se pone verde.
Eso amoroso en nosotros...
Detenernos como quizás hace tiempo no lo hacíamos. Traernos de vuelta para prestarnos atención. Terminar eso que habíamos empezado, retomar la vida buena posible,  el crecimiento.
Respirar y permitirle al cuerpo ser uno de nuevo.
Decir: ¨qúe lindo es verte¨, asi como sos, como podés, y darnos un abrazo suave, abrigado, que sin palabras dice: acá estoy, te acompaño, te quiero.
Quedarnos cerquita, darnos eso que necesitamos para sentirnos mejor. Cuidarnos bien, con gestos chiquitos, simples, cotidianos.
Hacernos compañía, con la flexibilidad que permite a todo, ser lo que es y lo que en su transformación, va siendo. 
Darnos la mano, sostener y acompañar el paso a nuevos mundos, sintiendo: ¨se puede¨.
Abrirnos a lo que todavía no sabemos y dejarnos sorprender por aquello que no era lo que pensábamos o imaginábamos. 
Encontrar riqueza en todo y en todos.
Conocernos y reconocernos en nuestras maneras habituales de funcionar. 
Festejar el haber podido llegar hasta acá
Emocionarnos
Recibir todo eso con gentileza, honrando el misterio y el movimiento que somos.

Encontrar un gesto que exprese  y nos recuerde que podemos estar de esta manera con nosotros mismos, y entonces, con otros.

Celebrar el encuentro
y agradecer









jueves, 12 de marzo de 2015

De lo mejor



Algunos de los mejores momentos son esos en los que puedo darme cuenta que son perfectos y suficientes tal como están siendo, sin restar ni agregar nada. Esos momentos en los que puedo valorar radicalmente lo que es, (casi) sin nostalgia de lo que fué, (casi) sin anticipación de lo que será. 
Momentos breves, fugaces, intensos, en los que estoy presente, despierta, y resplandeciente, siendo lo que soy, dejando que los otros sean lo que son, disfrutando de sus presencias y de ese sagrado intercambio que se produce cuando estamos ahí.

domingo, 8 de marzo de 2015

Tranquilidad

Me da tranquilidad que las ventanas cierren bien y que las puertas cierren bien y que la gente responda los mensajes una vez leídos a las 18:41 o a las 3:04. me da tranquilidad la lluvia, tener las llaves para entrar a mi casa, llevarme algo para comer cuando voy a estar mucho rato afuera. me da tranquilidad que la gente suspire o hipe o sacuda sus labios para mostrar su disgusto o cansancio, porque prefiero las cosas que se ven, aun cuando sea la celulitis. me da tranquilidad que todavía queden alfajores en la caja, cuando recién la abro, no como hoy, jueves a la noche, que ya no quedan. y que después del jueves venga el viernes, y después el sábado, aunque estaría bien que algún día todo comenzara distinto.
Poemario

Este texto lo conocí gracias a Macarena, del blog Mecagoenlabohemia, que siempre publica cosas que me gustan, me intrigan, me dan ganas de escribir o salir a explorar. 
Abajo, mi versión...

Hoy
Me da tranquilidad saber que tengo en el día un tiempo para estar callada.
Me da tranquilidad salir a colgar la ropa y que haya un poco de sol y un vientito.
Me da tranquilidad que no se corte la luz, y que todos mis hijos estén en casa y que cuando no están, me contesten los mensajes.
Me da tranquilidad que el pasto se ponga verde cada primavera, acordarme de hacer una copia de las fotos familiares para que no se pierdan si muere la compu, y dejar la cocina limpia cuando se va acabando el día.
Me dan tranquilidad las personas que se muestran, con luces y sombras.
Me da tranquilidad una cara limpia y sin demasiado maquillaje, aunque se noten las arrugas y el paso de los días. 
Me da tranquilidad llegar por mi cuenta a las reuniones y poder irme cuando quiero.
Me da tranquilidad no tener ningún trámite en vista. Odio los trámites. Me dan pereza y miedo.
Me da tranquilidad que a la noche desde mi ventana se vean las estrellas, y saber que puedo escribir lo que a veces no se cómo decir.
Me dan tranquilidad algunas rutinas, y también me da tranquilidad saber que puedo elegir que un día algunas cosas comiencen distinto.

Flor