jueves, 26 de abril de 2018

Lo mejor que podemos, porque todo es mucho

The kinds of dicoveries that are made through practice
have nothing to do with believing in anything
They have much more to do with having the courage to die continually
Pema Chodron

In the journal I do not just express myself, I create myself
The journal represents me, does not simply record my daily life,
but rather, in many cases, offers an alternative to it
Susan Sontag


Vieja querida:

Te escribo cortito para contarte que hoy acompañé a papá a hacerse unos estudios. 
Estaba agradecido, y en el camino de vuelta hacia su casa,
me fué diciendo eso y lo orgulloso que está de sus hijos,
por sobre todas las cosas, porque somos buena gente. 

Hasta ahi, lo previsible, tal vez lo en cierta forma conocido.

Acto seguido agregó: ¨en cómo son ustedes, seguro tuvo mucho que ver Marta...y yo, que no se si hice mucho, pero hice lo mejor que pude¨.

Claro que si, pensé y le dije.

Creo, sin temor a equivocarme en esto,
que te hubiera gustado bastante escuchar ese reconocimiento de su boca. 
Por eso, por si las palabras viajeras llegan a ese cielo
en el que nos contaron que están los que partieron,
en esta noche las suelto al viento.

Y me quedo pensando en cómo a veces se nos va la vida en enojos y desencuentros,
sin decir aquello que alguien necesitaba escuchar, sin mirar a alguien que necesitaba ser visto, sin reconocer a alguien que tenía un hambre eterno de reconocimiento y valoración.

En eso también, hacemos lo mejor que podemos,
y tenemos que aprender a vivir con eso

Porque como me dijeron hace poco:
¨todo es mucho¨

lunes, 23 de abril de 2018

El niñito tiene su propio plan


En un semáforo, una madre y su hijito, chiquito,
no tendría más de cuatro años. 
Se acercaba el mediodía y su mamá lo habría ido a buscar al jardín.
Tenía remera de uniforme, y pantaloncito azul. 
Caminaban hacia su casa tal vez, donde seguramente
los esperaba el almuerzo, quizás algún hermanito.
La mamá intentaba caminar a buen paso, queriendo, imagino, llegar.
El niñito tenía su propio plan.
La entrada a un edificio de la cuadra,
atractivo por sus barandas como toboganes
y sus rampas para trepar. Mundos en desnivel.
Tierras urbanas para explorar.
Miré a la mamá, que esperaba mientras el niño se trepaba.
Se le notaba la impaciencia en el gesto.
Vamos, lo llamaba. 
El explorador, satisfecho con sus hazañas, sonreía,
y desafiante, la miraba.
Me hice cómplice de su sonrisa
( qué fácil es cuando no es el hijo de una, no?)
Y recordé mi conversación de la mañana temprano con una amiga querida, en la que ambas coincidíamos en la apreciación
de aquellos tiempos lejanos
en los que nosotras
 ¨los hacíamos felices, nosotras hacíamos los planes¨ 
O eso creíamos ( ilusas)
Viendo a este niñito, amparada en la luz del semáforo,
volví a entender que ellos desde siempre tuvieron sus propios planes,
su ritmo de despliegue y posibilidad.
Se, aunque por momentos me cueste recordarlo,
que sonreirán satisfechos,
si pueden ir a su paso, si recorren sus propios caminos
( ah, misteriosos caminos!),
si habitan en su tiempo del mañana, que como dice Gibrán,
¨nosotros no podemos visitar ni siquiera en sueños¨. 
Se que mi trabajo es hoy tratar de preocuparme un poco menos,
asentir a la vida tal como está,  habitar el ¨no saber¨,
liberar de expectativas,  acompañar.
Recordar que aunque
la mamá intente caminar a buen paso, queriendo llegar,
el niñito tiene su propio plan.

viernes, 6 de abril de 2018

Un consejo para mi


Práctica de escritura en un encuentro del taller,
inspirada en la poesia de L. Erdrich

Consejos para mi 
Louise Erdrich

Dejá los platos
Dejá que el apio se pudra en el fondo del cajón de las verduras
dejá que se haga una costra de suciedad en el piso de la cocina
Dejá las migas quemadas en el fondo de la tostadora
Tirá a la basura el bowl que se rompió y no remiendes la taza
No remiendes nada. No emparches nada. Comprá alfileres de gancho.
Ni siquiera cosas un botón.
Dejá que el viento siga su camino.Y después, que la tierra invada como polvo
y después que los muertos echen espuma en rollos grises debajo del sillón
Habláles. Deciles que son bienvenidos.
No conserves todas las piezas del rompecabezas
o los zapatitos de las pequeñas muñequitas en pares.
No te preocupes por quién usa el cepillo de dientes de quien,
ni de si las cosas pegan entre si.
Solo que pegue una palabra con otra o un pensamiento.
Perseguí el autentico ¨decidí primero por lo que es auténtico¨
y andá tras ello con todo tu corazón.
Tu corazón, ese lugar que ni siquiera se te ocurre pensar en limpiar.
Ese placard lleno de recuerdos salvajes.
No clasifiques ni diferencies los clips de los dientes de bebé que guardaste
Ni te preocupes de si todos vamos a comer cereales para la cena otra vez
No atiendas el teléfono, nunca,
ni llores por algo que se rompió
Hongos rosados crecerán en las cajas de cartón que están en la heladera.
Aceptá las nuevas formas de vida
Hablá con lo muerto que se filtra, a la deriva, a través de las ventanas, 
que se acumula pacientemente sobre los frascos de comida y los libros.
Reciclá el correo. No lo leas.
No leas nada excepto aquello que destruya el aislamiento entre vos y tu experiencia
o lo que baje, golpee o cierre
esa trampa a la que llamas necesidad.


Mi consejo para mi
es que recuerde una y otra vez,
que va a estar todo bien.
Que en el primer encuentro de un taller
no se me juega la vida.
Mi consejo para mi es que respire hondo
y no transpire tanto.
Que recuerde que si ofrezco el espacio
para el silencio y la pausa, 
la vida sucede, y es magia.
Mi consejo es que relaje
y disfrute este viaje.
Que recuerde algo que siempre fué norte:
¨no vienen a escucharme a mi, 
vienen a escuchar música¨.
Mi consejo para mi en esta tarde 
es que ponga en práctica lo que enseño,
que le de la bienvenida a las goteras,
a los trapos de piso y al corte de luz,
y que haga una obra de arte
con lo que hay y tengo entre mis manos.
Mi consejo para mi es que siga viviendo
a pesar del dolor.
Que siga escribiendo 
porque empiezo por un lugar
y de a poco voy llegando al corazón de las cuestiones.
Mi consejo es ir siempre que pueda
al corazón de las cuestiones.
Mi consejo para mi es que participe, me juegue
porque el encuentro genuino se produce 
cuando todos estamos verdaderamente ahi.
Mi consejo es que siga ofreciendo 
a pesar del miedo.
Que sea fiel a mis intuiciones, que me anime
me desprenda de estar pendiente de qué pensarán
y me pare segura en lo que tengo para dar.
Mi consejo para mi 
es que me disponga con curiosidad
a escuchar y a asombrarme,
que confíe en los procesos vitales
con la liviandad del que sabe que la vida va.
Mi consejo para mi es que me anime a indagar,
a no editar, a jugarmela.
Que sea siempre yo misma, que no me tiente a imitar.
Que siga siempre buscando por donde
para mi la cosa va.
Mi consejo para mi es que siga ofreciendo con generosidad
aunque no a todos les vaya a gustar.
Mi consejo es que aunque parezca que los minutos no pasan,
en esta hoja en blanco, me anime a quedarme, a estar
Mi consejo es que me anime también a dejar cabos sueltos,
a no redondear.
Que me anime a confiar en la fuerza de la vida
que solita sabe para dónde rumbear