viernes, 31 de mayo de 2013

Rituales

El alumno le preguntó al maestro
Qué es la espiritualidad?
La espiritualidad, respondió, es lo que consigue proporcionar al hombre su transformación interior hacia el recuerdo de su procedencia divina.
Pero si yo aplico los métodos tradicionales que nos han transmitido los maestros No es eso espiritualidad?
No será espiritualidad si no cumple para ti esa función. Una manta ya no es una manta si no te da calor.
De modo que la espiritualidad cambia?
Las personas cambian y también sus necesidades. De modo que lo que en otro tiempo fue espiritualidad, puede ya no serlo. Lo que muchas veces pasa por espiritualidad, no es más que la constancia escrita de métodos pasados...

Hace ya unos cuantos años que no voy a misa los domingos.
Fué una práctica importante en mi vida durante mucho tiempo.
Ya no lo es.

Hace poco fuí a la misa de cierre de un retiro al que había ido una de mis hijas. Y pude rescatar un par de cosas que entremezcladas con otras ( que no pude rescatar tanto), dijo el sacerdote y que me dieron ganas de escribir este post. Dijo:  ¨Ustedes no vienen a misa por miedo a no cumplir o a irse al infierno, vienen a misa para transformar su mundo¨.

Me quedé pensando que cada persona tiene sus motivos personales para ir a misa, o para practicar otros rituales que los humanos practicamos. A veces los motivos son concientes, otras no tanto.
Para algunos, en algunos momentos de la vida, el motivo puede ser el miedo, para otros, o en otros momentos, los motivos pueden ser otros. Tantas experiencias como personas.
Respetables, en cualquier caso.

Me quedé pensando, acto seguido, en el para qué de los rituales en mi vida, y en cómo se fuéron transformando, de forma y significado, a lo largo de los años.
Se fueron transformando a medida que yo me fuí transformando.
Algunos fueron perdiendo sentido, o empezaron a parecerme llenos de ruidos innecesarios, (dejaron de ser esa manta que en algún momento dió calor), fueron naciendo nuevos, se fueron resignificando otros que ya eran parte y a los que quizás no les daba su justo valor.

Rituales significativos hoy para mi, son aquellos pequeños o a veces más grandes gestos, que al hacerlos ( sola o acompañada) me ayudan a atravesar, a transitar, a simbolizar, a recordar, a compartir, a expresar, a honrar y celebrar: el crecimiento, los encuentros, lo misterioso de esta vida, lo doloroso, lo incomprensible de la muerte, las incertidumbres, todo lo que tengo para agradecer, la complejidad y lo simple de lo que soy y somos, entre tanto.
A veces son fiestas de encuentro con personas queridas, otros, son momentos de recogimiento en los que nos acompañamos en un paso difícil, muchas son pausa para detenerme y volver a conectar con ese manantial, misterio inexplicable pero experienciable, que está adentro mío.

Valoro los rituales simples y desprovistos de chirimbolos. Me gusta elegir lo que digo y lo que hago en ellos y elijo no repetir palabras, frases, oraciones, con las que hoy no me identifico, ni gestos con los que no me siento en casa.
Muchos, son pequeños rituales, cotidianos, caseros, como colgar la ropa en la soga, comer a la noche en familia, escribir cada mañana. En general, para un paseante distraído, hasta podrían pasar desapercibidos. Y está bien así.

Y puedo decir que si alguna vez hubo miedo en relación a esto, ya no lo hay. 
Hay alivio, señal de que es por acá, para mi, hoy.

You don’t have to do anything to achieve sacredness.
Nobody does. It’s not a prize. Not an award. 
It’s what you are. Me too. Everybody and everything. 
It’s all sacred.
Wisdom Heart

No tienes que hacer nada para lograr lo sagrado.
Nadie tiene que. No es un premio. Ni una compensación.
Es lo que sos. Es lo que soy.
Es lo que somos, todo, todos ( y todas!).
Todo es sagrado.
Wisdom Heart

martes, 28 de mayo de 2013

Paradoja

 Leo la consigna:
¨espontáneo¨, dice.
Me siento a ver si algo emerge,
¨espontáneamente¨,
de mis entrañas escritoras.
Espero, pero de espontáneo, nada.
Más bien ideas forzadas
que intento llevar al papel,
como si con un calzador
estuviera tratando
de ubicar un zapato
en mi pie hinchado
por el calor del verano.
Pienso que hoy será mejor
andar descalza.

viernes, 24 de mayo de 2013

Para mis amigas

¨No hay caminos fáciles, y resulta que lo unico cierto es lo incierto. Y asi, cuánto alivio, ser finalmente vistos como realmente somos.
No podemos muchas veces ofrecernos soluciones para los problemas de la vida, pero podemos estar presentes y acompañarnos en el camino que nos invita, a medida que envejecemos, a ir a lo profundo, hacia una mayor comprensión de nuestras verdaderas naturalezas¨
K. Kenison

Las amigas.
No se si escribí algún post sobre las amigas, mis amigas...y siento que se los debo, que se los ¨quiero¨, que se lo merecen! Ellas saben quiénes son.
No es el día del amigo pero mañana es el cumple de una querida amiga, entonces aprovecho y este post va de regalo para ella y en honor a todas mis amigas.
A las que siguen presentes de alguna u otra manera en mi vida. Las que me eligen y las que elijo. Las que me aguantan, me perdonan y me valoran, a pesar de todo. Las que me confían, me abren las puertas de sus vidas, me respetan,
entienden mis silencios, me esperan, me acompañan y me ponen siempre una ficha más. Las que son sinceras, y se animan, con el corazón en la mano, como pueden, como intento animarme yo, a ser amigas.
Las que me quieren y quiero con todo mi corazón.

La historia viene así: en estos últimos años mis relaciones con mis amigas han tomado nuevas formas. Como todo lo que está vivo y se mueve, las amistades también se han ido transformando.
Lo que permanece intacto es su importancia en mi vida y un gran agradecimiento.
Algunas amigas han quedado en el camino, después de haber dejado su huella. Ese quedar en el camino tuvo siempre su cuota de dolor. Algunas veces, de no terminar de entender, otras, de con pena, elegir ya no más.
Otras amigas caminan conmigo desde hace tanto... con momentos de desencuentros, pero primando siempre, a cada paso, el cariño y la posibilidad del reencuentro, de que pese más todo lo que si, que lo que no tanto.
Hay amigas nuevas, hoy entrañables, esenciales, con las que navego los hondos mares y me río a carcajadas. Amigas que me encontraron más adulta, con más recursos, ¨trabajada¨, habiendo recorrido un buen trecho en el camino de mi individuación ( y si, la jerga me traiciona!), más clara, más plantada, un poco mejor ¨amiga¨que antes.
Está mi prima amiga, tan querida, esa con la que pudimos ir más allá del parentesco que nos une, que no siempre es garantía de amistad, con la que cada día nos conocemos y queremos un poco más.
También, en los últimos años, eché las redes a las profundidades de los tiempos de la infancia, y sucedió ¨la  pesca milagrosa¨.  Viejas amigas, hoy nuevas e importantes amigas, con las que nos hemos vuelto a encontrar, desde otras posibilidades, desde una autenticidad más lograda, sabiendo un poco más quienes somos, sin máscaras, sin tantos miedos, con más tiempo, con gran apertura, alegría y ganas de compartir.

Amigas que veo seguido, amigas que veo muy cada tanto, amigas que están siendo cada día más amigas, amigas con las que me escribo, porque están lejos, y extraño, o porque lo cotidiano nos tiene andando por distintos caminos.
Amigas con las que escribiéndonos, charlando, caminando, tomando café, viajando; nos conocemos, nos compartimos, nos divertimos y damos pasitos de crecimiento en el respeto, en la escucha, en el amor.

Amigas, amigas, amigas, qué flash que son!!
Gracias!!


martes, 21 de mayo de 2013

Lo nuestro es pasar...

¨En el camino de vuelta yo ya sabía que aquel ritual era un atajo para atravesar más rápido las horas quietas de la noche... Ahora se también que la despertaba solo para oir flotar su voz en la penumbra de la casa, y creo que cuento historias por eso, por el impulso de replicar la certidumbre, la belleza, de una voz amada, que te anuncie que falta poco para ver otra vez la luz del día, un día como los de entonces, llenos de comienzos, donde todo, todo, sería para siempre...¨  Ana María Bovo

El fin de semana pasado festejamos el cumpleaños de mamá.
Ella está más grande. Todos estamos más grandes.
Seguimos manteniendo la tradición de juntarnos para los cumpleaños, comida familiar.
Hoy los nietos traen al festejo sus nuevas experiencias, en el colegio, en la facultad, en el mundo del trabajo, en el mundo del amor. Alguna nieta trae el postre, hecho por sus manos, cocineritas, amorosas.
No hay bebitos, y hace rato las celebraciones nos encuentran alrededor de la mesa, comiendo sin demasiados sobresaltos, conversando, riéndonos, cantando con la guitarra, sacando fotos.
Y mientras estoy ahi, disfrutando de este regalo de estar juntos, siento una nostalgia anticipada.
La constatación de que dentro de unos años, (quién sabe cuántos), inexorablemente, esto que hoy vivimos como algo tan natural, tan familiar, va a cambiar y ya no sera´. Nos esperan tiempos distintos. Ya puedo empezar a sentir el no tan lejano temblor bajo mis pies, acercándose.
Los roles de a poquito están virando, y como un barco que busca nuevo rumbo, despacito, casi imperceptiblemente, velas desplegadas, brisa que acompaña, sostenida, hacia adelante, hacia adelante..., nuestra familia se está transformando.
Eso a lo que nos fuimos acostumbrando, de eso también habremos de despedirnos. Para darle la bienvenida, una y otra vez, como mejor podamos, a los nuevos tiempos, a los nuevos roles, a las nuevas presencias, a las nuevas maneras de estar y formar parte, a las nuevas dinámicas, las que vayamos construyendo.
Vida que se hereda y se recibe, vida que se sostiene, se alimenta, crece, se reproduce, se transforma y como nos enseñaron tempranamente en el colegio, algún día, muere.
Nostalgia anticipada, conciencia plena, agradecimiento y disfrute de lo que pudimos conseguir y de lo que nos fué regalado, incertidumbre de lo que vendrá. Todo junto cocinándose en la misma olla, a fuego lento, menú de cumpleaños, cumpleaños familiar.


viernes, 17 de mayo de 2013

Bienvenido ¨ blandito¨



















Hola, ¿hay algo ahi?
Si, hay algo ahi
que está profundamente
conmovido.
Movido con.

Con el dolor,
y la desesperanza
de aquel que llega
con poco aliento
con tanta herida.

Hola, bienvenidos.

Los escucho y los recibo
con el mayor
de los respetos,
al doliente que llega
al conmovido que me habita.

Desde este lugar
blandito, vulnerable.
valiente,
me dejo tocar por ese dolor
tan profundo
e incomunicable.
Para acercarme.
Para poder sentir con.

Para intentar juntos,
también,
encontrar ese otro lugar,
donde quizás viva un gérmen
de esperanza,
una pequeña luz.





martes, 14 de mayo de 2013

Hoy se

A little foolishness, and a little wisdom is good. And the right combination makes you a budah. 
Make it fun!  

 








¨No tengo las respuestas, no se si alguien las tiene...algunos días me despierto y me doy cuenta que no se absolutamente nada, pero en realidad, se más que lo que sabía a los veinte, más que lo que sabía el año pasado. Cuando estas palabras sean publicadas, sabré aún más, pero por ahora, voy a dejar anotado lo que se hoy. Todo lo que tenemos es el hoy¨. S. Conway


Hoy se:
Qué importante que es la risa y qué bien nos hace reirnos.
Que la risa compartida descomprime, afloja, ablanda, aliviana, transforma, descansa, acerca.
Que hay lugar en mi vida para la profunda seriedad, y para la fresca, liviana y poderosa risa,
viven juntas, conviven, se complementan, se balancean y hacen mi vida más rica y más potente.

Vos, qué sabés hoy?

sábado, 11 de mayo de 2013

Madre hay una sola, muchas somos esa madre.

Danna Faulds, una poeta, cuenta que muchos días, cuando amanece, algo brota inmediatamente de su boca y tiene que escribirlo. Otras mañanas, va al papel y escribe: ¨Esto es lo que tengo hoy para decirles....¨
Espera y escucha lo que esa mañana tiene para contarle.

Hoy, mañana de viernes, hago como esta poeta, voy al papel a escuchar lo que que haya para escuchar esta mañana.
Supongo que en parte por ser los viernes días ¨álgidos¨en una casa con cuatro adolescentes, lo que vino a mis oídos es esto:

Desde que me enteraba que estaba embarazada, empezaba a sentirme responsable, muy, por sus pequeñitas vidas, por sus necesidades, por sus bienestares y/o malestares. Cuando eran chiquitos, a pesar de los cuestionamientos internos que pudiera tener acerca de cuál era el mejor cuidado posible, (y cuántos que tenía!), sentía que éramos nosotros, los papás, los encargados, con gestos y movidas muy concretas, de cuidarlos y velar por su seguridad y su bienestar.
Fueron creciendo, distintas etapas se fueron sucediendo, siempre acompañadas por esa sensación de responsabilidad, y de ser nosotros los encargados de poner en marcha y sostener los cuidados pertinentes.
Hoy, los más grandes están grandes y estamos en esa ventana de tiempo en la que sus vidas ya casi están en sus manos. Y se me hace difícil, porque ya no puedo poner en marcha operativos de cuidado como los de los años de infancia, pero tampoco termino de poder relajarme entregándoles la total responsabilidad de sus vidas, sin sentir que todavía es mi responsabilidad.
Y esta sensación de ser responsable y a la vez tener cada vez menos que hacer al respecto, por momentos me pesa.
Algunos días ( ¡sobre todo los viernes y los sábados!), sueño despierta con que hacemos una ceremonia familiar en la que les ¨entregamos sus vidas¨ y la total responsabilidad sobre ellas. Con diploma, careta y anillo. La ilusión, supongo, es que venga un alivio a este peso de sentirme responsable y tener ya poco que hacer. El alivio no llega. Quisiera protegerlos de todo. La responsabilidad que siento con su densidad y su peso, sigue ahi, no digo intacta, pero si todavía muy presente. Tengo que vivir con ella, y dejarla convivir con la realidad cada vez más ¨real¨de que ellos están a cargo de sus vidas, y harán con ellas lo mejor que puedan.
Pienso mucho en estos días en esas madres cuyos hijos quizás toman decisiones equivocadas, o sin querer se equivocan y se lastiman o lastiman a otros, y hoy, una vez más, soy esas madres. Soy esas madres que hicieron lo mejor que pudieron, y que se sienten responsables, y también saben ( o quieren saber, necesitan saber), en algún lugar, que no lo son, que no pudieron, no pueden ni podrán resguardar a sus hijos de todos los sufrimientos y calamidades, porque ya son grandes y eligen sus caminos.
Hoy mi corazón late con ellas, late también conmigo y por mi, porque no es fácil no poder protegerlos de todo, aunque daríamos todo porque así fuera,  no es fácil sentirse responsables y no serlo a la vez.



miércoles, 8 de mayo de 2013

Sarasa

 












Disonancia: En el diccionario: Falta de conformidad, correspondencia o proporción entre dos o más cosas. Por ejemplo, entre lo que se dice y lo que se hace. En el ámbito de la música: Falta de armonía entre dos sonidos, que provoca al oído una sensación desagradable. Recurso que es a veces usado para crear ¨tensión¨.

Incomodidad, disonancia.
Lo que percibo como disonancia, me produce incomodidad. Algo está fuera del foco, pero está.
Mis radares siempre han sido muy sensibles a la captación de ciertas disonancias. La pista es la tensión que me generan, como esa que puede provocar la falta de armonía entre dos sonidos. La diferencia es que de un tiempo a esta parte aprendí a quedarme con la incomodidad, a tolerarla, a preguntarme. A esperar, a escuchar mis respuestas, que van llegando y traen alivio. Aunque más no sea, el de saber de qué se trata.
Me incomoda la existencia de algo que no se explicita pero que intuyo está allí, la falta de consonancia entre lo que se dice y lo que veo. Lo que doy en llamar ¨sarasa¨, aunque se presente disfrazada, con ropa seria y formal.
Pero la incomodidad, me doy cuenta, no es tanto porque no se haga explícito aquello, sino por el esfuerzo que percibo hecho para disfrazarlo, por la maña puesta en esconderlo, en dar la imagen, y convencer de: ¨todo lo contrario¨. Como una impostación, un gesto ampuloso, amplificado, ante el que algun oyente distraído podría conformarse y hasta ¨admirarse¨.
Incomodidad ante lo que me parecen ser ciertos ¨engaños¨, por así llamarlos. Engaños que muchas veces no son concientes , y posiblemente ni siquiera me son dirigidos, pero que mi vista y mi oído confían estar percibiendo. Algo huelo a pesar de estar siendo la atención atraída hacia lo anecdótico, o hacia lo dicho y no a lo que se juega en los modos, en las sutilezas de los tonos, de los pequeños o grandes gestos.
Que no concuerda con lo que se está diciendo.
Disonancia, presencia que no puedo ignorar, aunque me incomode.
Precisamente porque me incomoda.
Eso nomás, una reflexión.




jueves, 2 de mayo de 2013

Paciencia

Dejó que pasara el tiempo, sin darles prisa a las ideas que sentía llegar, escasas y en desorden, como gente desde una frontera...¨
A. Baricco, Mr Gwyn

En eso estoy, tratando de tener paciencia con esas ideas que siento llegar, escasas y en desorden todavía. Intentando ser amable con ellas, con esos brotes pequeños, todavía débiles, sin forma definitiva. Queriéndo respetarles su tiempo, a pesar de esa marea que circula por el mundo, y a veces por la propia sangre, que dice: ¨vamos, apurate, no estés improductiva, qué estás esperando?¨
En eso estoy, esperando, atenta a lo que viene, armando el colchoncito para que esas ideas, cuando vayan llegando, se encuentren un rincón mullido donde ser empolladas, donde tomar vigor, fuerza, forma, para salir a volar, cuando estén listas, cuando sea el tiempo.
En eso estoy, manteniendo el horno calentito, tratando de no abrir la puerta antes de tiempo, vislumbrando algo que va levando, algo por nacer. Disfrutando esta parte del ciclo, este ¨embarazarme¨, dejar crecer, alimentar, para después, en su momento, dar a luz.