jueves, 28 de junio de 2012

Surfeando la ola


















Un fin de semana
aprendí ( o volví a aprender)
que entre quietud y quietud
también me puedo nutrir
del ruido y la multitud.
No es lo que tiendo a elegir,
pero cada tanto una dosis de muchos amigos,
ruido, juegos y risas me hace bien.

Aprendí que esas veces es importante
que la casa esté llena de gente que quiero
y no tanto que esté ordenada.
Aprendí que cuando somos muchos
yo hago lo mejor que puedo,
sosteniendo el espacio para que sea
un buen momento para todos,
pero cada uno tiene a su vez que hacer su parte.
No me cargo ya la responsabilidad de hacer
el trabajo de los otros.
Aprendí que lo que tengo,
lo ofrezco, sin tratar de ser quien no soy.
Y está bien así. Es mejor así.

Aprendí a disfrutar
del caos y el bullicio
sabiendo que después,
a su tiempo,
vuelve la quietud.

Aprendo todo el tiempo
que hay un tiempo para cada cosa
bajo este sol.
Y hoy, llueve.





martes, 26 de junio de 2012

Bienvenidos una y otra vez


Llegar y saberse bien recibido.
Sacarse los zapatos, el abrigo.
Sentarse un ratito.
Encontrar música suave.
Silencio compartido.
Alguien que me espera,
palabras que resuenan.
Una mirada, escucha atenta.
Tiempo.
Una vela encendida,
un templo.
Que está afuera
pero está adentro.

¡Bienvenidos!