Nada que mostrar

¨ Pienso en mi tendencia al drama y de repente me doy cuenta

de que mudarse no es una catástrofe, ni el fin del mundo.

Las catástrofes son las únicas catástrofes. El fin del mundo

es el único fin del mundo. Me detengo por un momento y escucho

a mis hijos contarme de sus obras de arte. El cuello de Gus inclinado

sobre su dibujo, y veo cuán poco necesito. Me siento llena

de lo que me fué permitido tener¨.

Walking on my hands

Pienso en mi tendencia al drama y me doy cuenta que ..................................... no es una catástrofe,
ni el fin del mundo...

Cada uno sabrá con que rellenar el espacio incompleto.
Yo tengo una lista interminable de situaciones,
que en vez de ocuparme
me preocupan hasta el hartazgo (de mi misma),
sumergiéndome por horas en dramas inútiles,
distrayéndome de saber (cabeza y corazón),
que estoy llena
de lo que me fue permitido tener.

Hoy quiero mirar a mi alrededor,
despertarme una vez más,
darme cuenta que lo de hoy es suficiente.
Hoy renuevo mi deseo de ir llegando,
lentamente, pero a paso firme,
a estar contenta con lo falta.

Plantá poco y cuidá mucho

Plantá poco y cuidá mucho
Cada tanto,
ésta frase que vuelve, amiga fiel,
atenta, sincera.
Primero es un murmullo,
y con el tiempo va sonando más fuerte
más nítida.
Plantá poco y cuidá mucho.
Como tantas veces,
tengo la sensación de
haber plantado bastante,
para lo que va del año,
y la necesidad de recordarme,
que de seguir plantando
voy a empezar a cuidar mal.
Hoy, no sin un poco de pena, me digo:
suficiente, plantaste suficiente,
ahora cuidá mucho por un rato.
Eso será suficiente.

Y recordá que las cosas ¨grandes¨ de la vida
suceden en los hogares, en las habitaciones,
en las cunas..., en las pequeñas cosas.

¨Some of the greatest things in life don’t have to be so dramatic … It’s in the quiet moments that our lives are shaped.  In homes, in cribs, in bedrooms, in the little things.  That’s where it all happens.¨

Priscilla Warner

En eso estaré en el próximo tiempo.

El viento en un violín

Teatro Timbre 4

Las madres, los hijos.
El amor atravesándolo todo.
Los esfuerzos, casi desesperados
por engendrar, dar forma,
cuidar, ofrecerles lo
que creemos que es mejor para ellos.
La impotencia.
Ellos, que se toman su tiempo,
que no encuentran, que ¨no arrancan¨,
o por lo menos no como nos imaginamos
o nos gustaría que lo hicieran.
Estoy tan orgullosa pero, ¿Cuándo arrancás?
Los aciertos y errores de ese amor imperfecto
(¿hay del otro?)
y al final la rendición.
Bandera blanca. Liberación.
La impotencia de la mano del alivio
ida y vuelta.

Te quise con el alma
Hice todo lo que pude
tu vida es tuya, cuidate.

Uff!