viernes, 31 de enero de 2014

El arte de mirar por la ventana



En este final del día, después de una semana de mucho calor, en la que me esforcé, transpiré y trabajé bastante, me siento un ratito en el jardín, silloncito de hierro, patas sobre la mesa, compu en la falda. Abro los mails y me encuentro con este texto que copio abajo. Pareciera que la autora me estuviera mirando, e invitándome personalmente. Lo comparto acá, quizás alguno de ustedes también se sienta invitado a practicar ¨el arte de mirar por la ventana¨.

Acercá tu silla, apoyá los pies en la mesa. Empezá por lo que está cerca, justo del otro lado del vidrio, después levantá un poco la mirada. Notá el movimiento, las hojas o la nieve cayendo, el viento soplando. Observá la quietud de todo aquello que no se mueve ni baila. Mirá mientras los seres vivientes corren o vuelan atravesando la escena.
Dejá que el foco de tu mirada se suavice. Sentate con las ráfagas interiores, con los muebles de hierro del jardín que se resisten a ser acomodados. Tu trabajo no es cambiar la escena, sino observarla y esperar, como si nada estuviera mal ahi. Como si ver fuera más fácil cuando nos detenemos lo suficiente para mirar.
Mové ahora tus ojos hacia el cielo, ancho en posibilidades, profundo como el misterio. Cuando las nubes pasan y los aviones dibujan una linea sobre tu cabeza, notá cómo el mundo sigue moviéndose aún cuando estás sentada, quieta.
Recordá que no sos vos la que hace girar este planeta, con tu arduo trabajo, tu actividad o tu angustia.
Escuchá como si algún día las respuestas fueran a encontrarte. Como si el silencio en si mismo pudiera curar.

Jen Lee

martes, 28 de enero de 2014

Sh

 ¨Anytime I feel like my opinion is a matter of life and death I’m overlooking life and death¨
K. M. Miller
No hay nada que pueda decir que ya no sepas.
Mis palabras sobran, hacen ruido, llenan, estorban.

La vida pide espacio amplio, silencio,
escucha,
cierto vacío.
Dejar, calladamente, que las cosas sean,
sin tanto aspaviento.
Solo eso. Dejar que sean.
Y presenciarlas.



lunes, 6 de enero de 2014

Marea que viene y va

" Hace casi veinte años, di a luz a mi hija. Lo que recuerdo es que desde el momento en que supe que el bebe estaba bien, me sumí en un estado de satisfacción sin precedentes. Un torpor paradisíaco pareció apoderarse de mi cuerpo y me quedé totalmente relajada y sin fuerzas. Me costaba hablar, no porque estuviera dolorida, ni siquiera cansada, sino porque en aquellos momentos me parecía innecesario articular palabra. Con la respiración entrecortada logré al fin describirle mi estado a mi ginecóloga: Me encuentro bien, muy bien. Nunca me he sentido asi. No deseo nada, nada en absoluto.
Por supuesto, la estupefaccion no duro mucho tiempo. No podia durar. "
Siri Hustvedt, Variaciones sobre el deseo.

Empezando el viaje familiar que planeamos para estas vacaciones,  esperaba el momento de la partida leyendo a Siri Huvstedt. Cuando llegue al párrafo donde ella cuenta la experiencia del nacimiento de su hija, me detuve en seco, miré a mis hijos, los cuatro, y a mi marido. Todos conmigo en esa sala de espera. Algunos leyendo sus libros, algo que me resultaba casi milagroso ya que no tienen demasiado arraigado el hábito de la lectura, alguno mirando su teléfono. Todos ahí, conmigo. Tuve que dejar el libro y buscar mi cuaderno. Con una birome que anda mal anoté: En este momento, me siento como Siri. No deseo nada en absoluto. No necesito nada más.
La sensación era de total plenitud, aun en la espera, aún cuando todavía las vacaciones ¨oficialmente¨no habían comenzado. Me quedé un rato garabateando, hasta que salió un texto breve, podría haber sido un post para el blog. Pero no, decidí no publicar nada, porque al igual que Siri, me sentía relajada y sin fuerzas. Y aunque tenía la necesidad de pasar por escrito mi experiencia, tenía también la sensación de la innecesariedad de articular palabra. Guardé por unos días, silencio de blog.

Por supuesto, la estupefacción no podía durar mucho tiempo, y el no desear nada, tampoco. En la estrecha convivencia con otros, que ya no son bebitos, uno claro que empieza a desear . Yo empiezo a desear unas cuantas cosas y mis deseos se chocan con frecuencia con realidades que no se ajustan a ellos, y con deseos de otros, que a veces se manifiestan con la violencia de tornados o la vehemencia de furiosos ríos. Y entonces sobrevienen frustraciones, desencuentros, incomprensiones, irritaciones, discusiones, malos tratos, distanciamientos.
Espectativas que quizás arrancaron muy altas y se estrellan de cara contra el piso duro, dejándome dolorida y cansada. Cansancio que no logra empañar del todo el disfrute de los bosques, las playas, las rutas de paisajes soñados, pero que le pone un velo que no quisiera arrastrar mucho tiempo más.

Del torpor paradisíaco del primer momento, pasé casi sin escalas a la oscuridad de una cueva, con el agua hasta las rodillas, una gran dificultad para avanzar, y una pesada sensación de atascamiento y frío.

Se de una cuevas en Nueva Zelanda en las que en el techo, unos pequeños gusanitos se las ingenian para sobrevivir y emanar una luminosidad azul. Son como pequeñas estrellitas que en el profundo silencio de las frías cavernas bajo la tierra, regalan su magnifico espectáculo de luz.

Hoy, después de unos días de vacaciones en familia, me siento como uno de esos gusanitos, pero sin la luz. Estoy en fase: sobrevivir. Al frío y a la oscuridad que se instalan en y entre nosotros cada tanto.

Con un gran deseo de pronto "encenderme" y volver a ser esa que sabe brillar, aun en la oscuridad. Confío en que así será. Como la marea, que viene y va.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Amor que conecta

If we believe in the continuity of mind, then love inconspicuously connects us to the ones we love with continuous positive energy, so that even tangible separations between people who love each other do not reduce the intangible power of love. If we believe that mind is continuous, our love for others becomes continuous. If we recognize this continuity, we do not trust temporary, tangible circumstances or take them too seriously. 
Si creemos en la continuidad de la mente, entonces el amor nos conecta con aquellos que queremos con una energía positiva y continua, de manera tal que aún las separaciones tangibles entre las personas que se quieren, no reducen el poder intangible del amor.
Si reconocemos esta continuidad, no confiamos en las situaciones temporarias y tangibles, ni las tomamos demasiado en serio. Nuestro amor por los otros se vuelve continuo.
 ~ Thinley Norbu Rinpoche en First Sip

Hay personas a las que durante el 2013 no vi tanto como me hubiera gustado.
Hay amigos que viven lejos, otros con los que es dificil coincidir en los tiempos. No entran en los días muchísimos encuentros. La vida también pide momentos de soledad, y tiempos para la familia. Repartirse es todo un arte que voy ajustando año a año.
Llega fin de diciembre y pretender ver a todos los que no vi tanto durante el año, en una semana, sería una locura en la que trato de no embarcarme.
Me consuelo leyendo y masticando aquellas palabras que me invitan a no tomar tan en serio las circunstancias temporarias y tangibles. Las que me invitan a recordar que aunque estemos separados física o geográficamente, el amor sigue ahi. Aunque por supuesto, sea lindo e importante verse cada tanto, también lo será recordar que el amor no disminuye, sino que atraviesa kilómetros, caminos, mares, montañas, y llega a su destino, a aquellos que amamos, en un vientito, en un pensamiento, en una estrella o una luna llena, en un rezo, en una canción, en una foto, en un mensajito, en una carta, en un mail.

Por eso en esta Noche Buena, soplo mi vientito, rezo mi oración, tarareo mi canción de amor, deseando que llegue suavecita, firme y cierta, a todos aquellos cerca y lejos, que quiero con el corazón, a todos aquellos con los que me gusta tanto encontrarme cuando podemos, a aquellos que estoy conociendo y aprendiendo a querer, a aquellos con los que me encuentro aunque más no sea a través de facebook, y a todos los que sin conocerme pasan por este blog, se quedan pensando, se emocionan, comparten e intentan como yo, con avances y retrocesos, vivir cada día más atenta, más presente, más amorosamente.

¡Feliz Navidad!

Flor

 

sábado, 21 de diciembre de 2013

Si

La última vez que lo fuí a ver ya no podía hablar, asique hablé yo... Le hablé de la efectividad de algunos ejercicios suyos en mi taller, como esa consigna que dice: ¨por suerte, el viaje era muy largo¨ 
... hoy algo de él va conmigo, en el envión del castellano, en la manera de sacarle jugo verbal a lo estático y lo sucedido, la manera de rodear la experiencia hasta hacerla decir cómo fué, qué pasó, cómo era estar ahi en ese instante y metido en la totalidad.
Pedro Mairal, Buscar la poesía



Pensando en la vida, podría decir que por suerte, el viaje está siendo bastante largo, suficientemente largo. Sin ser interminable ni infinito, da tiempo para algunos cambios de rumbo.
Virajes necesarios porque no somos los mismos año a año. Porque lo que tuvo sentido unos años dejó de tenerlo con el tiempo. Porque se van vislumbrando nuevos nortes, desafíos, posibilidades, nuevos quereres. Que piden animarse, arriesgar, intentar, jugarse.
La sangre pide seguir circulando, oxigenar nuevos destinos. Pide movimiento, que es vida y salud. Movimiento nuevo que trae su vértigo, ese que se siente cuando el piso se mueve, y las antiguas referencias quedan atrás.

Cada tanto, en este viaje, viene un tiempo de recibir lo nuevo que va llegando, sin apurar, pero sin tampoco retrasar. Cada cosa a su tiempo, resisitiéndose lo menos posible.
No sin miedo. Si a pesar del miedo, con él de compañero y también con la confianza en los recursos, los bagajes y los aprendizajes ya hechos.

Si entonces a los cambios de rumbo que este viaje proponga. Si a recibir lo nuevo. Si a vivir plenamente la maravillosa aventura de la vida.

Vivimos en un mundo maravilloso repleto de belleza, encanto y aventura. No hay límite para las aventuras que podemos emprender si solo las buscamos y vemos con los ojos bien abiertos.
~ Jawaharlal Nehru

domingo, 15 de diciembre de 2013

Un Maestro


Hay maestros, y Maestros.
De los segundos no hay tantos, pero que los hay, los hay.
Mis hijos han tenido el honor y el privilegio de cruzarse con uno.
Maestro de esos que se escriben en negrita y con Mayúscula.

No puedo estar más agradecida.

Aquí, parte de su carta de despedida a la camada que se va.

¨...esta carta es un pedido de disculpas dirigido a los que no supe explicar por qué hago lo que hago, por qué exijo, por qué insisto, por qué enseño de la manera que elijo enseñar. Cabe una única justificación: pueden estar seguros de que actúo sobre la base de ideales profundos, de las convicciones honestas que me llevaron a optar por esta profesión desde una vocación sincera.
Todos pueden saber que creo en ustedes y disfruté de ser su profesor. Es la fe en ustedes la que me sostuvo todo este tiempo, la que me incentivó a cumplir mi tarea con la mayor dignidad de la que fuí capaz. La fe en que vale la pena trabajar en la formación de seres humanos que tienen la capacidad de inventar mundos nuevos.
Nadie enseña sin aprender al mismo tiempo. Sepan que ustedes han quebrado algunas de mis viejas seguridades. Me han sacudido, me han hecho pensar. Han sido mis maestros, mis jueces, mis hermanos. Por ustedes aprendí, que por honestas que sean mis creencias, a veces pueden ser un obstáculo para la comunicación verdadera, para el encuentro y el enriquecimiento mutuos. 
Agradezco lo que me enseñaron y prometo recordarlo.
...Les deseo una vida plena, les deseo sueños, proyectos, algún que otro conflicto para aprender, alguna crisis para crecer. Les deseo sean singulares, únicos, distinguidos, diferentes, honestos, solidarios, comprometidos y transformadores...
Quieran sus destinos, nunca se amontonen para simular bienestar, no se enmascaren en los ritos de la hipocresía social, no se uniformen para triunfar, no aplasten cabezas para ascender en una escala inhumana y deshumanizante, no guarden silencio frente a la injusticia...
Ojalá no permitan que se les haga creer que no valen, que no se los convenza de resignarse y vivir dormidos.
En múltiples ocasiones me permitieron ver la luz que hay en ustedes, el sentido de la posibilidad, el vértigo del porvenir, la inmensa alegría de la libertad.
Que esa luz no se extinga jamás. 
Habrá un sol allí donde ustedes sepan encenderlo, cuidarlo, alimentarlo. 
Chicos y chicas, hace tiempo comprendí que mi éxito como docente no está en el hoy, sino en el porvenir..., por mi parte, juzgaré mi tarea de educador por la intensidad de los soles que inventen, y que por ser suyos, llevarán sus nombres¨.

Pedro B.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Eso

That which remains
when there is no more grasping
is the Self.

~ Zen proverb






Eso que anida en el fondo, en lo profundo. 
Eso que late y no se muestra fácilmente.
Eso que es, sin importar lo que hace.
Eso inexplicable.
Eso que en la soledad y el silencio
al contactarlo, emociona, ilumina, alivia
Eso que queda cuando no hay más palabras.
Eso que soy cuando me animo
a no aferrarme.
¡Y cuánto quiero animarme!,
y vaciar, dejar ir, liberar, despejar.
Para que pueda manifiestarse eso.
La verdad. Lo que soy.