miércoles, 7 de diciembre de 2016

Descalzos

Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto
singular y plural, arduo y distinto
del tiempo, que es uno y es de todos...
Borges


Soy ese punto luminoso, en el centro
Soy blandito, latiente, brillante, inasible.
A mi alrededor hay un campo
una zona blanda, área de vulnerabilidad aledaña,
suburbios circulares cercanos al centro.
Ahi pueden quedar marcadas
las pisadas demasiado impetuosas ( y las irrespetuosas),
la hostilidad, el descuido, la burla,
la crítica disfrazada de ironía o ¨preocupación¨,
(al estilo de ¨por tu propio bien,
por el bien de la institución, o por el bien del barrio¨).
Ahí puede quedar la huella del reto innecesario,
de la corrección enjuiciadora,
del chiste que si alguna vez escuchaste hablar de Freud,
sabés que pocas veces es ¨inocente¨.
Allí posiblemente quedaron señalados con dolor
aquellos movimientos que tal vez por ignorancia
o apuro, no pudieron anticipar los daños.
Por eso; aunque no quiero atrincherarme,
tomo mis recaudos y cuido con amorosa firmeza
la entrada a esa zona vulnerable.
Te pido que si querés acercarte intentes hacerlo descalzo
y entres suavemente a esos terrenos de los que hablo.
Te ofrezco a cambio sacarme también los zapatos
y acercarme con delicadeza a tu campo,
y a ese, tu punto blandito y brillante.
Se que ninguno ( ni vos ni yo)
hemos hecho nada
que sea imperdonable.
El tiempo se acaba,
vayamos a lo importante.
No nos atrincheremos, y
acerquémonos con delicadeza y cuidado.
Descalzos.




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