domingo, 20 de agosto de 2017

Animate

El jueves pasado al mediodía, fuí a la librería a fotocopiar material para el taller.
Mientras esperaba entraron dos chicos, no tendrían más de 20 años.
Mientras uno elegía unos cuadernos, los típicos para la facultad, el otro levantaba una caja inmensa de marcadores de colores y decía:

¨cómo me gustaría tener unos de estos¨
Me enternecí al escucharlo.
Para qué? le preguntó el otro ante mi sorpresa.
En ese momento, sentí el primer impulso de meterme en la conversación     ( tranquilos, lo referené!). ¨Para dibujar, para pintar, para crear, para hacer cuadros sinópticos de un tema que estás estudiando, para escribir carteles de colores, para dejar notas de amor, dibujar mapas con indicaciones de cómo llegar a lugares, planos de casas....qué se yo...tantas cosas que podés hacer con una buena caja de marcadores¨...pero me llamé a silencio. Aunque una parte mía moría por intervenir, otra no quiso ser esas señoras que se meten en conversaciones ajenas, Opté por callar.
La fotocopiadora tardaba, me dio tiempo para seguir atenta a esos dos chicos/muchachos/camino a ser hombres.
El de los marcadores llamó a otro amigo por teléfono mientras el de los cuadernos hacía la cola para pagar.
¨Hola man, venite que nos juntamos en casa a tomar unas birras¨ ( atenti, jueves tres de la tarde)
No escuché textual lo que decía el que estaba del otro lado del teléfono, pero seguramente fué algo como: No man, que bajón, no puedo, estoy tomando antibióticos y no puedo tomar birra.
Si hubiera sido unos de esos tests de frases incompletas, yo hubiera dicho que el anfitrión iba a responder: ¨Venite igual boludo, lo que importa es juntarnos, te compro una fanta o te hago un nesquick!
Ja, me hubiera ido mal en ese test.....
Ante mi sorpresa, el invitador contestó: ¨boludo, a mi me dijeron que no pasa nada, que podés tomar birra aunque estés tomando antibiótico....venite igual, no seas cagón¨

Segundo impulso de intervenir, ganas de decirles lo que para mi era obvio, y se ve que para ellos no tanto. Se me representaron las caras de mis hijas mirándome con cara de ¨mamá, ni se te ocurra meterte¨, y nuevamente me llamé a silencio, quedándome con el corazón estrujado, con mis fotocopias en la mano.

Entonces escribo, porque es una de mis formas preferidas de transitar lo que vivo. Y porque es la forma que encuentro hoy de darle pista a la señora metida que hay en mi, de honrar sus ganas de decirles a los niños y de decirnos a nosotros los grandes que ¨lo que importa es encontrarnos, compartir, escucharnos, reirnos juntos, hacernos compañía en esta vida que no siempre es fácil. Que lo que importa, (aunque así lo asegure la publicidad, y aunque porsu también se disfruta juntarse a compartir una), NO es la cerveza¨.

Feliz día a todos los niños, y al niño de la librería, si me estás leyendo espero no sea tarde para decirte con cariño: ¨Invertí, regaláte en tu día esos divinos marcadores que tanto te gustaban, y animate a crear..., seguro tenés con qué¨




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