lunes, 23 de abril de 2018

El niñito tiene su propio plan


En un semáforo, una madre y su hijito, chiquito,
no tendría más de cuatro años. 
Se acercaba el mediodía y su mamá lo habría ido a buscar al jardín.
Tenía remera de uniforme, y pantaloncito azul. 
Caminaban hacia su casa tal vez, donde seguramente
los esperaba el almuerzo, quizás algún hermanito.
La mamá intentaba caminar a buen paso, queriendo, imagino, llegar.
El niñito tenía su propio plan.
La entrada a un edificio de la cuadra,
atractivo por sus barandas como toboganes
y sus rampas para trepar. Mundos en desnivel.
Tierras urbanas para explorar.
Miré a la mamá, que esperaba mientras el niño se trepaba.
Se le notaba la impaciencia en el gesto.
Vamos, lo llamaba. 
El explorador, satisfecho con sus hazañas, sonreía,
y desafiante, la miraba.
Me hice cómplice de su sonrisa
( qué fácil es cuando no es el hijo de una, no?)
Y recordé mi conversación de la mañana temprano con una amiga querida, en la que ambas coincidíamos en la apreciación
de aquellos tiempos lejanos
en los que nosotras
 ¨los hacíamos felices, nosotras hacíamos los planes¨ 
O eso creíamos ( ilusas)
Viendo a este niñito, amparada en la luz del semáforo,
volví a entender que ellos desde siempre tuvieron sus propios planes,
su ritmo de despliegue y posibilidad.
Se, aunque por momentos me cueste recordarlo,
que sonreirán satisfechos,
si pueden ir a su paso, si recorren sus propios caminos
( ah, misteriosos caminos!),
si habitan en su tiempo del mañana, que como dice Gibrán,
¨nosotros no podemos visitar ni siquiera en sueños¨. 
Se que mi trabajo es hoy tratar de preocuparme un poco menos,
asentir a la vida tal como está,  habitar el ¨no saber¨,
liberar de expectativas,  acompañar.
Recordar que aunque
la mamá intente caminar a buen paso, queriendo llegar,
el niñito tiene su propio plan.

1 comentario:

  1. Aaaah!!! Me suena esa conversación mañanera!!!! beso grandote, Flor!
    Ber

    ResponderEliminar