jueves, 8 de mayo de 2014

Procesos

Me levanto temprano. Todavía es de noche. Me siento en el sillón del living, frente a la ventana. Prendo la velita.
Reina aún la oscuridad. Tengo mi cuaderno en la falda. No prendo ninguna luz.
Sin proponérmelo muy concientemente, espero que la luz vaya llegando.
Solo me quedo ahi, estando, mirando por la ventana, pero sin forzar la vista.
Casi sin darme cuenta, llega un poco de claridad. Comienzan a delinearse algunas formas, conocidas, queridas, otras nuevas, o no antes descubiertas. El fresno con sus hojas amarillas desparramadas en el suelo. La mesa de madera, hecha por marido hace tantos años, resistente al paso de los años, las lluvias, el sol. Esas raras flores coloraditas que cada tanto emergen entre las plantas del cerco del vecino de atrás. Las ramas del sauce que se mecen con el viento suave de la mañana, la cama elástica, los sifones azules que todavía no encuentran su lugar definitivo.

Lo que era una oscura masa informe se va transformando, casi imperceptiblemente, ( pero solo casi), en un jardín, rico, complejo, diverso, con seres que lo habitan y le dan su fisonomía particular.
Mi jardín, único, distinto de todos los otros. Jardín que está vivo, en movimiento. Jardín que atraviesa noches y días, estaciones y ciclos.

Me quedo quieta un ratito en la oscuridad y de a poco va llegando la luz. Y veo más, y veo mejor.
La Noche es parte. La claridad es parte.
Y yo puedo vivir todo, dejando que cada parte, cada tramo, cada ciclo, sea lo que es.




2 comentarios:

  1. Loved it!!! Tengo un tema para musicalizar este post. Se llama "un nuevo angulo en mi jardin" :)
    Beijinhos
    MAca

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    1. Guau!! imaginate un post musicalizado, me muero!!! besos!!!

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