Hay un tiempo para cada cosa bajo el sol
como dice el Eclesiastés.
Un tiempo para amamantar, un tiempo para acunar.
Un tiempo para tomar dos manitos y enseñar a caminar.
Un tiempo para hacer avioncito con la comida,
contando historias inventadas,
y un tiempo para dejar que se enchastre tratando de comer solo.
Un tiempo para llevarlo en cochecito,
y un tiempo para correr al lado de la bici sin rueditas,
intentando atajarlo en sus caídas.
Un tiempo para la obediencia,
y un tiempo para la rebeldía y los cuestionamientos.
Un tiempo para ser abanderado,
un tiempo para llevarse materias.
Un tiempo para el fútbol con amigos,
un tiempo para empezar a mirar a las chicas.
Un tiempo para ponerse un traje prestado por primera vez,
un tiempo para ponerse de novio.
Un tiempo para estudiar,
un tiempo para huevear.
Un tiempo para discutir,
un tiempo para amigarnos, siempre.
Un tiempo para eternas siestas adolescentes,
y un tiempo para trabajar y emprender.
Hay un tiempo para abrazar,
y un tiempo para dejar volar,
y saber que el lazo de amor y sostén
que supimos construir,
cruza mares, continentes, días,
y es inquebrantable y para siempre.
Es tiempo de dejar volar.
Ternura total Florcita!
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