viernes, 19 de febrero de 2016

Temporada de surf: primera parte

¨The great opportunity is where you are. Do not despise your own place and hour. Every place is under the stars¨
Burroughs

What will our children do in the morning if they do not see us fly?
Rumi
Felipe, uno de mis maestros, en el surf, pero sobre todo en la vida

Mamá fue hace poco a ver a un neurólogo.  Estaba con algunos "olvidos" y queria chequear el estado de su memoria. Por suerte la encontró bien, con pequeños deterioros esperables para su edad. Lo mejor de todo fué la indicacion que le hizo el médico: no le recetó un antidepresivo, ni un ansiolitico ( como han hecho otras veces),  ni le sugirio  jugar al sudoku o hacer crucigramas,  ( boring, como dirían algunos adolescentes que conozco), sino algo a mi gusto mucho más interesante:
Le recomendó que para mantener fuerte y sano el funcionamiento cerebral, aprenda algo nuevo todos los años.

Hace tiempo que intuitivamente, aunque todavia me falta para los setenta, adopté esa estrategia. Ahora, gracias a mamá, a mi intuicion la acompaña un fundamento científico/médico.

Asi es que en esta vacación cerca del mar, me apropio de la recomendación médica y me lanzo decidida a probar con el surf.
Hace años que lo miro de lejos, desde la orilla. Años que saco fotos a mi hijo, y observo eso que por momentos parecen convenciones de hombres de negro flotando y a la espera, en el mar ondulante.
Años que me pregunto: y yo, podré? o será demasiado tarde?.

Como con tantas otras cosas, cuando madura y llega la decisión, después de haber estado macerándose un tiempo,  tengo que encarar y concretarla, como diría mi amante esposo: ipso facto.

Por eso, nomás llegar a la playa el dia ¨D¨, me pongo la remera de neoprene prestada, me engancho la pita al tobillo, cargo la tabla y empiezo a rumbear hacia la orilla.
Por el rabillo del ojo veo como mi hijo, entre sorprendido y divertido al verme tan determinada, se apura a ponerse el traje para poder acompañarme.

Hay algo en mi de niñita entusiasmada y ansiosa por empezar, que no me permite esperar.
Mientras camino hacia el agua me acuerdo de la primera vez que llevamos a los chicos a la montaña, un invierno, hace más de diez años. Mientras alquilabamos las tablas para toda la familia, nuestro hijo mayor, hoy mi profesor de surf, ansioso y entusiasmado por empezar, se habia trepado a la montaña por su cuenta y estaba a punto de largarse pendiente abajo sin ningún conocimiento de la técnica y por suerte con un ángel de la guarda atento y eficiente que lo acompañó pendiente abajo ayudándolo a aterrizar sano y salvo, aunque un poco asustado por su propia intrepidez.
La ansiedad y el entusiasmo por el nuevo y estimulante aprendizaje habían podido con su cuerpito de 10 años, como hoy están pudiendo con el mio, de casi cincuenta. El niño interior, ese que se entusiasma con aprender lo nuevo, está vivito y coleando!

Quiero probar flotar en una tabla antes de ser demasiado vieja. Quiero hacerlo ahora.

Camino hacia el agua a paso firme. Atrás mio entra Felipe quien me ayudará a dar mis primeros pasos ( en realidad mis primeros revolcones).

Primera indicación: Antes que nada, acostarme en la tabla y ¨encontrar el equilibrio ¨.
(Resultó ser un sabio mi hijito). Algo que desde afuera y desde lejos parece pan comido, y adentro del agua, no resulta tan fácil. Y si encontrar el equilibrio de panza sobre el tablón no es tarea sencilla, lo que a va ser intentar mantenerlo de pie...si es que alguna vez logro pararme...
Igual, para eso todavía falta y no pienso darme por vencida.
Paso a paso.

Segunda lección: La tabla apuntando hacia adentro, vamos a encarar de frente, para pasar la rompiente. Ante cada ola nueva ( no dejan de llegar, por Dios!), Felipe me tiene y me dice ¨a bancarla¨ y con su seguridad me da la valentía que necesito para no dar media vuelta y salir corriendo ( o remando, de vuelta hacia la orilla).
¨A bancarla¨ es ¨vamos hacia adentro¨. Si está por romper, vamos abajo, y si llegamos a tiempo antes de que rompa, la pasamos por arriba.
De cualquiera de las dos formas, siento estar en una montaña rusa móvil, tragando agua. Y la adrenalina de estar entrando en un lugar nuevo, en el que a cada momento ¨pierdo el equilibrio recomendado¨.

Tercera lección: Antes de intentar posicionarte para esperar y/o surfear una ola, tenés que lograr estar bien centrada. Como si no fuera el trabajo de una vida...
(Esto más que surf son lecciones de vida comprimidas en una hora en el agua, a cargo de mi niño ya grande). Si intentás surfear sin estar centrada, seguramente te revuelque.  Asi es. Comprobado.
En la ansiedad de ¨surfearla¨, en algunas olas me apuro, no me tomo el tiempo de centrarme, encontrar el equilibrio y esperar, y ahi voy, al despatarre.
De los errores se aprende. Con tiempo, ojo.

Después de un rato de practicar ¨estar centrada¨( ja!), y de algunos revolcones ( el mar nunca para, no tiene paz el pobre), empiezo a sentir que tardo menos en recuperar el equilibrio cada vez que lo pierdo.

Mis dos hijas más chicas entran al agua también divertidas, y decididas a ayudarme, imagino que soprendidas ante lo que pensaron nunca me animaría a concretar. Ellas aportan sus indicaciones         ( ponete un poco más atrás, levantá un poco más el torso para remar), que trato de obedecer, al mismo tiempo que un poco me preocupo de que la bombacha de la bikini esté en su lugar ( para que engañarnos), y siento el agradecimiento de que estén ahi conmigo, tomándose el tiempo, enseñándome con paciencia.

Cuarta lección: a remar, como tantas veces vi remar desde la orilla. Ahora me toca a mi. Y ya el hecho de estar remando es una bendición y un logro por el que me felicito. No importa ( o si, pero solo un poco, de veras) si lograré pararme o no. Siento la alegría de estar ahi, en el agua, animándome, aprendiendo, atravesando, con mis hijos de maestros.
Qué más?

Las primeras veces que intento pararme, la ola con su fuerza se lleva la tabla por delante y me pega un buen revolcón. Uno tras otro hasta que voy logrando con el peso de mi cuerpo que la tabla no salga despedida sin mi!
Me caigo de miles de maneras, ruedo de costado, pierdo el norte ( donde está el fondo? dónde la superficie?), salgo a flote despatarrada, con el pelo en la cara, cero glamour surfero.

Hasta que por fin, en una ola, si señor, aunque usted no lo crea,  logro algo que se parece bastante a ponerme de pie. Y confirmo que no es un invento mío, cuando al emerger de la ola lo veo a marido salticando en la orilla, pulgares arriba, festejando.
Y festejamos, él desde allá, yo con el pelo revuelto, la remera totalmente desacomodada, el aliento a sal, a los gritos y saltitos en el agua.

Después del festejo, vuelvo a encarar. Ya se que puedo. Ahora voy por más.

Y celebro cada paso de este nuevo aprendizaje ( hoy es recién el primer día). Celebro no haberme quedado con las ganas, celebro el haberme animado a intentar y también el tener casi cincuenta años y haber entendido ( y no solo saberme la teoría) que cada paso es disfrutable en si mismo, si estoy ahi, presente.

Estuve ahi, plenamente, en cada caída, en cada revolcón, en las poquitas puestas de pie.
Y lo disfruté mucho.

Continuará...







10 comentarios:

  1. hermoso flor tu relato y me encanto esa recomendacion medica, yo este verano hice montain bike por senda en la montaña tucumana y quede llena de moretones pero felizzzzzzz

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    1. Que grande sil! Me alegra, se que era algo que hace rato tenías en mente! Suerte que no incursionaste de nuevo con el parapente. Nos vemos pronto, beso enorme

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  2. Lindisimo Flor! La vida misma en el relato de tu experiencia!
    Te leo y me dan ganas de encarar aquello que alguna vez soñe y no me animé! Claro que hay que estar dispuesta a intentar, tener un revolcon, emerger, volverse a centrar y encarar de nuevo el desafío.
    Me encantó!!

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  3. Ahhhhhhhhhhh espectacular!!!! Lo estaba esperando! Si ya el mar y las lecciones que te da son una bendición, el hecho de compartirlo con tus hijos lo potencia a milagro! Maravilla! Me encantó el relato. El mar te centra a los revolcones. Curso intensivo de vida, centro, paciencia, balanace, disfrute! Felicidades

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    1. El mar te centra a los revolcones! Tal cual maquita! Y si no te centra te humildiza seguro!! Beso grandisimo

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  4. Todo genial, el relato, tu valentía, las comparaciones con la vida misma... Felicitaciones x no haberte quedado con las ganas!! Espero próximo capítulo... Besoss

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  5. ESTELA RAIMONDI (tete)PRECISAMENTE YO AHORA QUE VOY A CAMBIAR DE DECADA TE DIGO NO HAY NADA MEJOR QUE TENER LA MENTE ACTIVA Y SI PODES EL CUERPO TOO ,SOS UNA IDOLA QUE TE ATREVISTE AL SURF,FELICITACIONES ,NOS VEMOS EL MARTES BESOS

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    1. Gracias tete! Vos sos un gran ejemplo de ese entusiasmo por seguir aprendiendo! El martes festejamos cambio de década a full!! Beso grande

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