La paciencia paga.
El trabajo de transitar
lo oscuro y lo luminoso
con los ojos abiertos
y el corazón dispuesto,
da sus frutos.
Quizás invisibles
para muchos,
esenciales y vitales
para mi.
Hoy puedo honrar
el camino recorrido,
el que me trajo hasta acá,
el que con sus vericuetos
elegidos y no tanto,
hoy me da identidad.
Una identidad cambiante,
paradoja si las hay,
que me lanza
a seguir caminando,
sin saber qué vueltas inciertas
todavía quedan por dar,
qué sombras por afrontar,
qué luces por disfrutar.
Me detengo un segundo
para celebrar
haber llegado hasta acá.
y abro la puerta para salir a jugar...
Tal cual Flor! Celebro haber llegado; y camino atenta (y confiada) a la incertidumbre.
ResponderEliminarque bueno! Vamos juntas! Nos encontraremos por ahi!!
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