¨...para escribir, el aprendizaje es la propia vida viviendo en nosotros y alrededor...Esta capacidad de renovarme toda, a medida que el tiempo pasa es lo que yo llamo vivir y escribir...¨
Clarice Lispector
Revisando algunas de mis notas de este verano, rastreando ideas para el taller, me encontré con el recuerdo de una experiencia pequeña que me dio bastante para sentir y pensar acerca del significado de las palabras, acerca de los puntos de vista, la flexibilidad, la identidad y otras yerbas.
En días previos a las fiestas, conocí a una persona a la que por esas cuestiones energéticas que mucho no conozco, le caí bien de entrada. No habíamos compartido más que un tramo de viaje en una camioneta, pero en los días siguientes un par de veces me buscó para conversar. Cuando finalmente concretamos un encuentro de mates y charla, mi intriga de saber el por qué de su interés en charlar conmigo parecía que se resolvía naturalmente. Al comenzar a conversar esta persona me comparte que le habían dado ganas de hablar conmigo porque yo le había parecido una persona ¨sumisa¨.
SUMISA dijo, si.
El primer impacto en mi de esas palabras fué pensar: No sabe con quién se mete ( pobre)
El segundo fué preguntarme internamente con cierto disgusto de mi misma: ¿qué habré hecho para darle a esta persona en tan cortito tiempo una imagen tan distorsionada de lo que creo ser? ¿Sumisa yo?
Por suerte, como el ritmo de la charla era pausado, me dio tiempo a preguntar:
_¿Qué significa ¨sumisa¨para vos?
_Que sos tranquila, calma, alguien que sabe escuchar.
Ahhh... (se ablandan músculos, se baja la guardia)
Algunas veces, todas esas cualidades te las debo, pero mayormente, con eso me siento un poco más cómoda que con el significado que yo le doy a sumisa.
O le daba.
Porque al final, los significados no son tan fijos y rígidos como uno tiende a creer. Y una y otra vez salta a la vista que las cosas y las palabras no significan lo mismo para todos. Y para conocer mejor a otra persona ( y quererla mejor) está bueno acercarnos a lo que significan para ella las cosas y las palabras. Y no asumir. Y estar abierto a ampliar el significado que nosotros les damos a las cosas y a las palabras para incluir los del otro, y entonces encontrarnos.
Del semi guerrero¨ no sabe con quién se mete ¨pasé en unos minutos a un reblandecido : ¨ahhh...que ternura...esta persona está queriendo ser escuchada...¨. y de ahí a comprender que también puedo ser ¨sumisa¨, en alguna de sus acepciones, solo pasó un ratito más.
Unos simples mates, un rato de charla, un encuentro inesperado de corazones, y una identidad que emergió transformada, ampliada, siendo ¨algo más¨.
Gracias Victor.
genial!!!jajaj!
ResponderEliminarQué lindo Flor! Me encantó. Un texto que deja en claro que sos de las "que sabe escuchar", y qué regalo para vos y para quienes te rodean es eso!
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