martes, 9 de octubre de 2018

Crecer, ejercicio de taller

Nada tiene que ver el amor con el amor.
Nada tiene que ver el amor con las palabras que engendra.
Verónica Jimenez


Nada tiene que ver crecer con saberlo todo
Nada tiene que ver crecer con ¨tenerla atada¨
Nada con la soberbia, la sensación de ¨ya llegué¨, la ominpotencia.
Nada tiene que ver crecer
con saber perfectamente el camino y no equivocarme.
Nada tiene que ver con no tener más miedos,
ni con poder decirle al resto: solo se va por acá.

Crecer tiene que ver con ablandarme, suavizar mis bordes.
Dejar que la vida con sus caricias y sacudones,
me de año a año, un nuevo baño de humildad.
Humildad que no es lo mismo que impotencia,
humildad, que como aprendí algún día, 
significa Verdad.

Crecer tiene que ver con saber que no se,
y aún así, o justamente por eso, necesitar confiar.

Crecer tiene que ver con aceptarme y aceptar
aunque no todo me guste, aunque no todo salga acorde al plan.

Crecer es dejar de tener un plan y simplemente animarme a caminar.
Un paso a la vez, oliendo las flores, sintiendo el vientito en la piel,
abierta a lo que puede venir, abierta a lo que de todas maneras vendrá.

Crecer es animarme a no tener ni la más pálida idea de lo que vendrá
y así todo sentir que la vida se puede disfrutar.

Crecer es tener tiempo libre sin culpa de tenerlo.

Crecer es acercarme a mi misma, y acercarme a los demás.

Es animarme a amar sin tanta defensa, a mirar, a tocar.
 A ofrecer lo mucho o poco que tengo para dar.

Crecer es animarme a sentir y a decir lo que siento tratando de no lastimar.

Es tener algunos miedos todavía, pero no vivir ya tan esclavizada por ellos.

Crecer es que me duelan un poco las articulaciones, los huesos.
Es darme cuenta nítidamente de que ni el cuerpo ni la vida son eternos.

Es darme tiempo para procesar las despedidas, los cambios.
Es bancarme bien la nueva soledad.
Es tener una vida rica por dentro y por fuera.
E ideas que siempre son motor para caminar.

Crecer no es tanto tener certezas inamovibles
sino abismos misteriosos e incomprensibles.

Es querer seguir viviendo, sentir que vale la pena.
Aunque no todo se pueda planear, aunque el misterio.

Crecer es, en fin, entre otras tantas cosas, 
ser cada vez más blandita, más verdadera,
menos dogmática, menos prejuiciosa,
más espaciosa, más amorosa, más humilde,
más cercana, más conectada, más libre.

En eso estoy. Creciendo.

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