domingo, 27 de diciembre de 2015

Exodo juvenil, nido vacío

                           
Perhaps, what feels like an ending might also be a beginning
 K. Kenison

A veces cuando escribo siento que la vida es hermosa. 
Cuando escribo... me duelen hasta las pestañas.
Supongo que es en el papel donde conviven esas cosas.
Amapola Poesía


En algo así como doce horitas, se fueron todos. 
Quedamos como cuando seamos viejitos, si llegamos.

Teniendo total libertad, la casa para mi sola y la mañana por delante, después de desayunar, voy a sus cuartos ( así somos las madres)
En primer ronda de reconocimiento, los observo, veo los restos de sus partidas: ropa tirada, cajones semi abiertos ( el incomprensible dilema del cajón que se abre pero no se alcanza a cerrar), sábanas abolladas, papelitos en el piso, frascos vacíos de desodorante, todo lo que decidieron finalmente no llevar y ahí quedó, esperando el regreso para encontrar un lugar 
( otro lugar?).

Arremeto de a un cuarto por vez.
Empiezo cambiando las sábanas ( cuánto hace?),
hay sol y hay que aprovechar, me digo.
Acompaño entonces el resto de las tareas que emprendo, con pausas cada tanto para poner el lavarropas y tender al sol. Pausas para lo que se ha convertido en pequeña meditación doméstica. Quién diría que hoy me iba a parecer un lujo y una bendición lavar y tender infinita ropa
(Gracias Karen Maezen Miller).

Entre pausa y pausa; limpiar, ordenar, regarles sus plantitas, guardar, tirar
( tranquis, no les tiré nada importante!)
Encontrarlos en cada pequeño detalle de sus mundos de papelitos, fotos y ropas, (darme cuenta de lo poco que se limpia en esta casa!)
y en esta mañana de domingo en el lavadero, dar gracias, como nunca me imaginé que algún día haría, por cada montaña de ropa sucia que hoy se que no será para siempre.

A la hora de sentamos a almorzar los dos solos me encuentro diciendo: ¿Qué voy a hacer cuando no haya más ropa para lavar?
Que traducido es : ¿Cómo será la vida después de esta vida? 
¿Qué habrá del otro lado?
Cada uno de estos últimos veranos de éxodo juvenil es un botón de muestra de lo que vendrá.
Por eso doy vueltas por sus cuartos y entre sus cosas, preparándome.
Practicando estar con ellos a la vez que los voy dejando volar.
Practicando estar con esta sensación agridulce que me trae el paso del tiempo, lo desconocido por venir, las nuevas etapas por inaugurar.

Nuestra vida familiar está llena de momentos lindos, y también de los otros.
Hay batallas a veces inevitables, tantas innecesarias.
Hay heridos y lastimaduras que tardan en cicatrizar, hay segundas,
terceras, cuartas oportunidades
 y ojalá,
de maneras nuevas en los años que vendrán, haya mucho lindo por transitar.

3 comentarios:

  1. ja! se limpian los lagrimales! Beso volador!!

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  2. Que lindo y que cierto Flor. Y que parecido a casa. Lo nuestro sera al regreso, sin ellas, los dos solitos.
    El rito de lavar y colgar la ropa es algo mio que disfruto. Como hare cuando ya no este? No lo habia pensado.

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