viernes, 25 de marzo de 2016

Dulzura

"The entry to sacred space, to coming home, 
is being exactly with whatever is going on in your life right now
– that’s the portal – right here." 
Tara Brach

Empieza de nuevo, y de nuevo...y de nuevo

Inspiré y exhalé
varias veces
despacio,
más suavemente cada vez.
Contando hasta cuatro
al inspirar
hasta cuatro al exhalar.

Presté atención 
a los signos de vida
y latido
en mi cuerpo:
mi frente
mis ojos
mi garganta
mi pecho
mi vientre
mis manos.

Mientras descansaba,
despierta,
en la presencia
que todo lo recibe,
me topé inesperadamente,
y sin planearlo, 
con una dulzura mía
en una imagen de un lejano ayer.

Estaba aquí, en mi,
hace un ratito nomás.
Posible,
presente
pidiendo ser rescatada
de un sueño de años

Bienvenida.






miércoles, 23 de marzo de 2016

Arando la tierra

Entrar a un mundo nuevo
que en parte es conocido, 
y en algunos sentidos
no lo es.
Decir no se,
disponerme con humildad
a aprender.
Dejar que se muevan
cuestiones interiores
que estaban dormidas,
acompañar el despertar.
Arar amorosamente 
la tierra, dar vuelta
esos pedacitos que quedan sin 
trabajar.
Tomar conciencia.
Más.
Alumbrar y 
amasar con cariño lo que está,
permitiendo que la vida 
se pueda transformar.
Diferenciar la paja del trigo,
no violentarme
ni dejarme violentar.
Recordar que en el amor 
hay lugar para todo
lo que fué, lo que es
y lo que vendrá.



Tu poder está en tu amar. No en tu fuerza bruta. No en tu cuenta bancaria o en tu reputación siempre cambiante. No en tus increíbles cuentos de conquistas y ganancias personales. Ni tampoco en tu intelecto, o en tu mente brillante. Sino en el hecho de estar dispuesto a dejar que tu corazón se rompa hoy. En tu valentía al abrirte a los demás, en dejar que te importen. Para sentir lo que sienten. 
Para sentir alegría, o tristeza, o la más deliciosa de las dudas.  Para quedarte con ellos, pero sin tratar de corregirlos. Para ser el espacio en donde todo pueda surgir. Ese es tu poder; tu capacidad para ofrecer un santuario, para que la vida anide en tu gigante corazón. Para acoger la impotencia y el desamparo. Para respirar en tu vientre, en tu pecho, en tu cabeza, en tus tensos hombros.
Para erguirte victorioso allí; abarcando todo en un tierno abrazo.
Diciéndote a ti mismo ( y a los otros) Cariño, estoy aquí. Estoy aquí, por fin.

Jeff Foster



jueves, 17 de marzo de 2016

Ahora, acá.

Allow.
The only
safety lies in letting it all in, 
the wild and the weak; fear,
fantasies, failures and success.
When loss rips off the doors of
the heart, or sadness veils your
vision with despair, practice
becomes simply bearing the truth.
Danna Faulds



En camino 
hacia algún otro lugar
me dije amablemente:
pausá.
Me detuve,
inspiré profundo,
solté la panza
y comprendí
que no hay otro lugar.
Hay este lugar,
ahora, acá.
Este dolor de cintura
que todavía no puedo descifrar,
este calor agobiante
con el que me cuesta lidiar.
Esta posibilidad única
de estar con el cuerpo y el alma
en el mismo lugar.
Renové así mi intención 
de traerme y llegar
al único sitio posible
donde vivir de verdad
a este tiempo,
este misterio,
este lugar,
ahora, acá.


martes, 1 de marzo de 2016

Mi pariente Magdalena, un homenaje




En estos días, en un par de situaciones diferentes, me encontré evocando a María Magdalena, personaje bíblico entrañable. La mujer de la que se decía que fueron expulsados siete demonios.
La que fué identificada con la mujer adúltera, esa a la que estuvieron a punto de apedrear. 
Una de las ¨pecadoras¨ con nombre y apellido del evangelio.
La recordé por ser una de las mujeres emblemáticas en su cualidad de vulnerabilidad, y por ser de las que tenía algo de lo que arrepentirse (y ser de las que podían reconocerlo)
Protagonista no por ser modelo de virtudes, sino por ser plenamente humana, con todo lo que eso trae de luz, y también de sombra: equivocarse, lastimar, meter la pata, no medir las consecuencias, descuidarse, descuidar...
Mujer acusada. A la que apuntaron con el dedo señalador
los que prefirieron creerse del equipo de los buenos e intachables.
Aquellos que seguramente pensaron : ¨yo nunca haría eso..., yo nunca me comportaría de esa forma..., yo en su lugar hubiera hecho algo muy distinto...¨.
Los que se apuraron a condenarla públicamente y a dejarla sola
sin un gramo de empatía.

Los más peligrosos.

Hoy la recuerdo con respeto, y admiración.
no por las macanas que se haya mandado sino
porque en su llanto de arrepentimiento sincero nos acerca nuestra propia y vulnerable humanidad.
Que chinga, toma conciencia, se arrepiente, lamenta
y con valentía pide perdón.
Fragilidad humana
que es privilegiada rendija por la que entra la luz, el aprendizaje, la transformación.

Y no la condeno.
Porque ¿quién sería yo para condenarla, 
si somos ( lo se) de la misma familia de los ¨imperfectos mortales¨ ?

¨...Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y poniéndola en medio de todos, dijeron a Jesús: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en fragante adulterio, Moisés en la ley nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tu, ¿ qué dices?
Como insistían, Jesús les dijo: El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra.
Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro...Jesús quedó solo con la mujer y le preguntó: Mujer ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?
Ella le respondió: Nadie Señor.
Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante¨

Juan 8, 1-11