viernes, 8 de julio de 2016

Bailongo


Este baile nunca lo ensayamos,
somos un lío, un desorden,
temblamos, transpiramos,
a veces, sin querer, nos pisamos.
Nos desafinamos,
nos perdemos del rtimo,
no nos sabemos las letras.
Esto es un baile real,
no estamos mitad vivas,
enterradas bajo el peso de una imagen
en la que de todas maneras
nunca creímos.
Preferimos este baile imperfecto
que nunca bailar. 
Jeff Foster


Hace tiempo tenía un sueño loco, algo simple, poco rebuscado.

A veces, por más simples que sean los sueños, y por más que parezcan fáciles de concretar, 
los vamos pateando para adelante, los vamos olvidando, los dejamos dormitar en la página amarillenta de algún cuaderno, perdidos entre otros sueños, las medias y los pijamas, en el fondo de un cajón.

Este sueño había quedado traspapelado, hasta que hace poquito, después de una charla, en una caminata con una amiga querida, re emergió con la fuerza de eso que no quiere esperar más,
de eso que está listo para probarse en la acción, listo para que lo ayudemos a encontrar las maneras, concretas, posibles, accesibles, reales, de suceder.

Fué entonces que el sueño de bailar e invitar a bailar, el jueves pasado se hizo realidad.
Y un grupo de 9 mujeres nos encontramos para habitar nuestros cuerpos, moverlos al son de los distintos ritmos y disfrutar de un rato compartido de música y baile.
Mujeres sin vergüenza, en plena aceptación de nuestro ser, nuestra limitación y nuestro extraordinario poder. Mujeres con ganas de hacer una pausa en la semana para compartir un rato de juego, movimiento y relajación. Mujeres abiertas a encontrarnos con eso que nos está esperando
cuando nos ponemos en movimiento, cuando nos escuchamos y nos damos lo que necesitamos. 

Y todo estuvo bien. 
El movimiento suave y el enérgico, el descanso.
La necesidad de alguna por momentos de seguir a alguien, y la posibilidad, al momento siguiente, de desplegar el movimiento personal, propio, único.

En ese salón, en ese rato, todo lo que somos fué bienvenido y celebrado

En la ronda final las palabras que circularon fueron: placer, vibración, juego, si!, vida, alegría, ir soltando, espontaneidad, libertad, descubrimiento, latido, darle la bienvenida a la sorpresa, y gratitud por la pausa y por el rato compartido.

Hoy celebro con alegría la llegada de este nuevo ¨bebé¨, de esta nueva creación.  Chiquita, polentosa, llena de vitalidad y alegría:


El bailongo da sus primeros pasos en la vida, y abre sus puertas los jueves para que los que estén en zona y tengan ganas de compartir un rato se puedan acercar.
La primera vez éramos todas mujeres, pero la invitación está abierta a hombres y mujeres, jóvenes, maduros y viejitos, a hacer un espacio en la semana y venir a bailar.

Los esperamos!





















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