¨Una nena se perdió en la playa. La levantaron en brazos y empezaron a aplaudir, buscaban a su mamá. Y en la arena un pibe tocaba la guitarra y pensó "aplauden mi canción", y muy agradecido levantó las manos: "muchas gracias" decía. Al verlo levantar las manos pensaron: "es el papá", y le llevaron a la nena. Él la miró y le preguntó qué quería escuchar. Ella nombró la canción favorita de su mamá. La mamá, en el mar hasta las rodillas, escuchó su canción preferida y salió corriendo. Encontró una ronda de baile muy festiva, y en el medio su hija tocaba la pandereta y cantaba. Terminó la canción: la mamá abrazó a su hija, todxs aplaudían al pibe, y él creía que aplaudían a la nena: "dónde habrá encontrado mi pandereta" pensaba "y ese ritmo perdido".
Ayer leí este texto de André Demichelis, y como otras veces,
su escritura circular, ingeniosa, profunda en su sencillez,
me despierta a la ternura, y a tantas cosas más.
su escritura circular, ingeniosa, profunda en su sencillez,
me despierta a la ternura, y a tantas cosas más.
Esta vez me trajo el recuerdo de un texto cortito que escribí
en una de mis prácticas de escritura,
alguna mañana del año que se fué y que también comparto acá.
en una de mis prácticas de escritura,
alguna mañana del año que se fué y que también comparto acá.
En esta mañana de domingo, celebro la escritura
como una manera privilegiada de recordar,
clarificar, encontrarme, recuperar, descubrir, constatar,
preguntarme, aprender a mirar,
como una manera privilegiada de recordar,
clarificar, encontrarme, recuperar, descubrir, constatar,
preguntarme, aprender a mirar,
enamorarme de lo imperfecto, hilar, hilar,
inmortalizar lo que no permanecerá,
aprender a quedarme en mi vida tal como es..., y moverme más allá.
Aquí, ahora...respondo algunos mensajes
que me acercan a gente querida,
y va llegando al final, una semana que se tiñó de nostalgias.
También, de ir tejiendo una trama
con hilos color de aprendizajes, puntada a puntada
Me escucho diciéndole a una persona que acompaño,
algo que le sumó
y la ayudó a cambiar una mirada, y siento que al decirlo,
también yo sigo aprendiendo a cambiar la mirada
Recuerdo cada carta escrita, y doy gracias
por el recorrido interior que hago en cada sentada
Las amigas en ese desayuno urbano
El encuentro, las risas, el llanto
Escucharlas decirme: Flor, sos sabia, y pensar:
mis hijos no lo creen tanto
Me veo haciendo tiempo en un café del centro
observando a la gente
sintiendo el ritmo de ese barrio, sintiendo su ausencia/presencia
Recuerdo lo que aprendí más temprano acerca de los haikus
recuerdo haber sacado mi cuaderno, escribir
y mientras todo el resto alrededor
miraba sus teléfonos, lagrimear.
En esta mañana lluviosa, me levanto temprano
y mientras escribo acomodo adentro
cada pincelada de lo vivido esta semana
Y vuelvo a constatar la presencia de ese hilo invisible
que todo lo entrama.
Cerrar una cuenta de banco.
Volver a cantar Sea acompañando, acompañada
Encontrar a Miguelito en esa cuadra
Recordar el jardincito de Kerigma
recordar a ¨manitos atrás¨
Recordarme, recordarla.
Gracias Flor!!! Celebro que tus hilos invisibles sigan tocandos historias de vida ,,,, invisisbles.... como la mia!!!Paz!!! Loren
ResponderEliminarGracias Loren por pasar y por dejar que unos hilos toquen otros hilos..recién veo tu comentario, lamento la enorme demora en responderte. Cariños
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