viernes, 10 de mayo de 2019

Cosas que hacer en la panza de una ballena

Ejercicio de taller
inspirado en el poema de Dan Albergoti


Cosas que hacer en la panza de una ballena

Abrí los ojos. Esperá.
Acordate que después de un rato de no ver nada, 
algo empieza a adquirir claridad.
Sorprendete, asombrate con lo que podés ir descubriendo
en el vientre del mundo.
Dejate mecer. Tal vez si lo pensás como un mecimiento,
no te marees demasiado.
Si te mareás, dormí un rato y pasa.
Todo pasa. 
Aprendé a esperar.
Sentí el ruido del agua y agradecé poder viajar por la profundidad.
No tenés a donde ir. 
Dejate llevar.
Observá durante el viaje y aprendé de los engranajes de la vida.
Fijate cómo late el corazón de tu ballena. 
Comprendé los pequeños y extraordinarios detalles
del funcionamiento interno.
Tratá de no desesperarte.
En algún momento te va a escupir en alguna orilla, 
o en el medio de algún mar
y ya no serás la misma.
Algo se habrá transformado en esa calentita y húmeda oscuridad.
Acordate que aunque vos estés quieta ahi, algo se está moviendo,
y te está llevando a algún otro lugar.
Desconocido para vos todavía, pero ella, la ballena,
ella, la vida, sabe por dónde va.
Tomate este traslado como una parte necesaria del viaje.
Flotá con ella.
Dejate llevar.
Tranqui que no te hundis,
estás en el vientre protegido de la ballena.
En el vientre protegido de la vida que va y va.
Familiarizate con esa oscuridad
porque no será seguramente el último viaje
que en ella vas a realizar.
No hagas fuerza, ya sabés.
su potencia, la potencia de la vida, es mucha más.
Aprendé a esperar.
Aceptá la invitación. Viajá.
Abrí bien los ojos, para que cuando te escupa,
puedas mirar y descubrir a dónde fuiste a parar.
No hay transformación sin profundidad.
No hay vida que se precie sin tramos de oscuridad.
No hay vida predecible, lineal.
Esta es tu vida ( ballena incluida)
dejate acunar
dejate ahondar
dejate trasladar
dejate transformar
dejate llevar
Renacé en algún otro lugar.

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