martes, 4 de junio de 2019

La felicidad se teje..., entre poemas

 Hoy, ejercicio de escritura, entre dos poemas.


El trabajo de la felicidad

Pensé en la felicidad, en cómo se teje a diario
con el silencio de la casa vacía,
y en que no es súbita ni gratuita
sino una creación, como el crecimiento de un árbol.
Nadie lo ve, pero detrás de la corteza
crece otro círculo, en el anillo que se expande.
Nadie oyó a la raíz cavar más hondo en lo oscuro,
pero por ese trabajo interno el árbol se eleva,
sus penachos brillan y sus hojas destellan.

Asi, la felicidad se teje con la paz de las horas
y hunde sus raíces en lo profundo de la casa sola,
en el rincón, el busto antiguo,
los pisos frescos encerados,
cortinas blancas que ondulan suave y continuamente
cuando libre se mueve el viento
silencioso por el cuarto. 
Una biblioteca, una mesa y la pared blanqueada,
esos son los dioses de la casa, queridos y familiares,
aqui el trabajo de la fe puede hacerse mejor
y el árbol que crece es musical y verde.

Porque, qué es la felicidad sino crecer en paz,
el sentido atemporal del tiempo
cuando los muebles pasaron toda una vida
en el mismo lugar,
y los sueños viejos, con el viento, al moverse,
agitan las hojas de la felicidad presente?
Nadie oye una idea ni escucha un pensamiento
pero donde se vivió en introspección
el aire queda cargado de bendiciones y bendice,
las ventanas miran a las montañas
y las paredes son amables.

May Sarton

Qué es la felicidad sino el buen aprovechamiento del tiempo? 
Y qué es un buen aprovechamiento del tiempo?
Somos felices nosotros?, me pregunto.
Creo que todavía la estamos tejiendo.
A la felicidad digo.
A la vida, esta creación que sucede afuera,
en la casa, los muebles,
los hijos, el viento, el trabajo, los amigos,
y sobre todo adentro, en la quietud de los procesos,
en el juguito sabroso y personal del silencio,
en los aprendizajes y descubrimientos, 
en la posibilidad de cambiar la mirada, 
en esos chispazos de lucidez
y de amor pleno al momento,
en el crecimiento lento, pausado, desde adentro. 
En cada cruce turbulento, 
en cada orilla tranquila, transparente, quieta.
En cada pradera soleada y verde.
En cada tormenta.
En cada tiempo incierto.
Como éste. 
La estamos tejiendo.
A la felicidad digo.
La estamos tejiendo.


Una vida entera buscándola,
como una lombriz en la tierra, como un halcón.
Atando cabos, bosquejando huesos.
Averiguando a dónde va el camino.
Lao Tse dice: ¨olvidar lo que sabías es mejor¨
Y eso es lo que quiero:
perseguir estas visiones claras
hasta el lugar mismo donde se desvanecen
de nuevo en la conciencia de mi tiempo
El mismo viejo circuito
pero algunas sendas marcadas con color.
Vacíos
y libres de irnos.

Gary Snyder

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