lunes, 27 de octubre de 2014

Liderá, seguí o correte.

¨A nadie se le ocurriría hacerle un sermón a la ley de gravedad¨
Luis Pescetti




¨Soldado que se retira a tiempo, sirve para otra batalla¨
¨Liderá, seguí, o correte del camino¨.

Dos frases con las que marido tantas veces intentó evitar que me saliera de pista dando batalla contra molinos de viento.
Como tantas cosas que marido dice y una no da bola, en ésta el buen hombre también tenía razón.
Pero me llevó tiempo darme cuenta de los beneficios de comprender y encarnar eso que él amablemente y con paciencia ( ¡porque si que es paciente!) me aconsejaba.
Viste que en ciertos temas te tenes que dar contra la pared varias veces hasta que aprendés.

¨Liderá, seguí o correte¨
¨Retirate a tiempo, hay batallas que no son las que querés pelear¨.
 ¨Se elige con los pies¨.

Finalmente, hace un tiempo entendí.  
Que puedo ser fiel a mi misma sin necesidad de dar cruentas batallas, convencer gente, ni armar movimientos revolucionarios. 
Que la tarea de ser fiel a lo que es para mi importante, es una tarea que tiene mucho de silenciosa, y que con frecuencia, es un emprendimiento solitario.
Entendí que las largas oraciones solo yo las leo y que ir a la supuesta batalla blandiendo un tenedor y una cuchara, es ir a una derrota segura. 
Y después de todo, ¿es esa mi batalla? y es más, ¿es una batalla?
La mayor parte de las veces no lo es y no tiene por qué serlo.
Se trata simplemente de prioridades, intereses, criterios, decisiones,
diferencias humanas, comprensibles, respetables.

Cuando ser fiel a mi misma me pide liderar, hago el intento y si se puede y tengo con qué, lidero.
Cuando siguiendo a otros no me traiciono, soy una buena obrera que sabe trabajar y cumplir directivas.
Cuando liderar no es opción y seguir las directivas o las maneras de otros sería violentarme, estoy tratando, en la medida que puedo, de elegir, retirarme con elegancia, antes de verme envuelta en el fuego de una lucha que no siento la urgencia de pelear.

Ya no pretendo cambiar a las multitudes, ni decirle a nadie cómo tiene que vivir.
(los años no vienen solos, por suerte)
A duras penas voy logrando yo saber cómo quiero vivir, y no siempre estoy segura de estar en lo correcto.

Hoy humildemente aspiro a escucharme y a elegir lo que creo que está bien para mi y mi familia.
Respetándome, respeto que otros tengan otras opiniones, otras maneras.
No siento la obligación de acordar con lo que no acuerdo, ni asumo que otros tengan que compartir mi modo de ver las cosas.

Puedo liderar.
Puedo seguir.
y también puedo correrme, 
sin que eso me haga una persona menos amorosa
o menos valiosa.

Pago, por supuesto algunos costos.
¿Qué decisión no los tiene?

¿Es poco? ¿Es mucho?

Es lo que puedo.
Y es un repertorio ampliado.

Por el que me felicito y agradezco.



2 comentarios:

  1. Excelente!!!!!!!!!!! gracias por compartirlo con nosotras, tus lectoras!!!!!!
    Un beso grande: MS

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  2. Gracias!! Muchisimo de este aprendizaje lo debo a tu acompañamiento! !! Beso enorme

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