martes, 24 de enero de 2017

¿Qué hago acá?

¨This is what I have to say to you: Use your discontent to nudge you into choosing joy. 
Make the choice not because life is as you wish, but because life is as it is.
Jump in with both eyes open and you can drown in bliss.
It doesn't seem possible, I know, you feel broken.
Find a door, and stick your foot in so it can´t close, even if your doubts grow hugh.
You are already home.
Embrace the flame that cannot be doused by wind or rain.
Embrace the truth of you today¨
Danna Faulds

¿Qué hago acá?


















Fue la primer pregunta qué me hice, y la que me acompañó intermitentemente a lo largo de la semana.
Cada vez que me detenía y escuchaba los ruidos de la calle que llegaban hasta el octavo piso con vista a las ventanitas redondas del edificio de en frente.
Cada vez que Soda Stereo se superponía y mezclaba con las voces y gritos adolescentes, ladridos de perros callejeros, campanitas de algún vendedor ambulante, el Reggaetón lento, los pisteros con sus autos preparados...
No escuchaba el viento pero lo veía en la toallas que flameaban en el tender del balcón, mientras cocinaba para que comieran algo antes de salir.
Un pedacito de mar a la vista por una rendija, allá, a lo lejos, detrás del ruido y de los árboles.

¿ Qué hago acá?
Tan lejos de lo que me gusta, tan cerca de lo que siempre dije que iba a tratar de evitar.
Me preguntaba, creyendo el primer día que no iba a poder encontrar una respuesta razonable.

Como tantas veces, las respuestas posibles van llegando cuando miro para atrás.

¿Qué hacía ahi?

Encontraba una puerta, y ponía el pie para que no se cierre.
Aprendía a quedarme, a estar donde una parte de mi no hubiera elegido estar.
Y a hacerlo con dignidad.
Practicaba aprovechar lo que si, en medio de lo que no.
Y confirmaba, una vez más, que era suficiente y más.
Veía a mi hija crecer, frente a mis ojos.
Descubría juguito de vida en donde parecía que no iba a haber nada suculento para mi.
Recordaba cómo me gusta la naturaleza, y cuánto la añoro cuando la veo arruinada por las huellas que en multitud humana vamos dejando.
Recordaba que estoy en casa, si estoy conmigo.
Trataba de ser amorosa en una jungla que no facilita pero invita, como siempre invita la vida, a ser lo que somos: quietud y movimiento, pasaje y presencia, amor que se ofrece, amor que se da.

Y en el trayecto, casi sin darme cuenta, iba forjando una historia para contar.






2 comentarios:

  1. También tenías que acompañar a tu amiga!! Besote
    Ber

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    Respuestas
    1. Por supuesto! Eso es parte de lo que Si, de lo aprovechable y Agradecible que hace que no quiera cambiar ni un solo dia de mi estadia! Beso ber queridisima!!!

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