sábado, 25 de agosto de 2018

Muero lentamente.

 Escribo para pasar primero yo, por donde después voy a invitar a pasar


Muero lentamente....si solo me acuerdo de lo triste
Si no noto que en medio de todo eso, también hay días de sol
Muero si dejo de leer,
si dejo de escuchar esas entrevistas que me hacen tan bien.
Si no me hago el tiempo para probar lo que desde hace tiempo tengo pendiente.
Si no me animo a hacer más de aquello que me encanta y me sale bien. 
Muero lentamente si no camino,
si no hago cada tanto mi rutina de yoga, 
si dejo que mi cuerpo se endurezca y se duela de principio a fin.
Muero lentamente si olvido que todavía soy joven
si me quedo demasiado quieta
si me aletargo por demasiado tiempo
Si no me decido a sacar del placard la ropa que ya no uso,
si no canto, si no bailo.
si no escribo, si no comparto
si no activo, si no me animo.
Muero lentamente si no escucho música, si no leo poesía.
Si no tomo mis mates en la cama a la mañana, mirando por mi ventana.
Si no fantaseo aventuras, y no intento concretar algunas.
Si no miro, si no veo.

Si no me entrego con alma y cuerpo a este tiempo nuevo.

Si solo digo ¨cuidado¨ o ¨cuidate¨, y me olvido de decir:
hacé algo por el otro, divertite, crecé...
Muero lentamente si no salgo seguido al jardín.
Si dejo de ir a la montaña.
Si dejo que la preocupación me colonice y me quite liviandad.
Muero lentamente si no aprovecho los dias
para ver a la gente querida.
Si no salgo al sol.
Si no aprecio mi vida.
Si no permanezco abierta a los cambios
a las sorpresas, a lo imprevisto, a lo incierto
Muero lentamente si no doy un poco más, 
si no ofrezco pequeños gestos de cuidado y amabilidad
Si uso ropa apretada
si no me pongo perfume
Si compro certezas ajenas
Si no hago lugar a lo distinto

Muero lentamente 
si no me doy cuenta que el sauce, 
(Si, el de mi ventana, el que cada otoño parece morir)
otra vez, una vez más,
está volviendo a brotar


viernes, 3 de agosto de 2018

Credo otoñal



Creo en el sauce de mi ventana
que año tras año pierde todas sus hojas
durante unas cuantas semanas en otoño
(y barremos la galería
y limpiamos las canaletas
y parece que nunca se acaban
hasta que en algún momento se acaban, 
y es agosto, como ahora
y está totalmente pelado
y desde mi cama veo cada mañana
su esqueleto de ramas gordotas
e infinitas finitas ramas)



Creo en su capacidad de perder
por completo su follaje y su verdor primaveral
y creo en su capacidad de volver a brotar
una y otra vez, una vez más...
Creo en nosotros dos, 
en Juampi y en mi
en nuestra fuerza interior
para cambiar el ropaje, crecer, mutar.
Creo que le vamos a poder dar a la vida una vuelta más
creo que vamos a poder aprovechar la oportunidad que nos da
de volver a brotar
Creo que podemos seguir divirtiéndonos juntos
creo que nos podemos acompañar
creo en la íntima historia compartida
y en que eso será parte, no lo único pero si parte,
de lo que nos sostendrá.
Creo en nuestra capacidad de seguir buscando
de no quedarnos quietos, de seguir intentando,
de siempre encontrar.
Creo en el inmenso amor que nos une
y que no es fácil de explicar
Creo en las ganas que los dos tenemos de cuidar
poderosa, genuina, vital
Creo en las bondades de terminar la vida juntos
en completar el ciclo 
de lo que allá lejos y hace tanto tiempo
nos animamos a empezar
Creo en buscarle la vuelta y en no dejarnos amedrentar
por el miedo a dejar muchas cosas sin probar
Creo que no se puede todo
y tambien creo que en el ámbito del ¨nosotros¨
todavía hay mucho por explorar, compartir, disfrutar
Creo en hacernos preguntas,
perder las hojas, quedar desnudos,
volver a empezar.
Creo en gracias a esta nueva desnudez
como a través de las ramas peladas del sauce,
poder ver más allá:


más allá de estos años que se están por terminar
más allá de la crianza
más allá del paternar
más allá del cuerpo jóven
más allá del ¨ma¨, y del ¨pa¨
más allá de la verguenza, las culpas
el ¨qué dirán¨
Más allá del ¨nos equivocamos¨
más allá del ¨esto lo hicimos mal¨
Más allá del despertador al alba
más allá del: ¨mamá, no hay leche, tampoco hay pan¨
Creo en poder ver que
más allá de todos estos años que pasaron
y están empezando a quedar atrás,
estamos todavía nosotros, 
los de siempre, los siempre nuevos,
volviéndonos, una y otra vez, a encontrar



¨Above Earth´s lamentations, 
I hear the sweet though far off hymn 
that hails a new creation¨

¨Por encima de las lamentaciones de la tierra, 
escucho el dulce aunque lejano himno
que le da la bienvenida a una nueva creación¨


K. D. Moore


lunes, 30 de julio de 2018

Mucho más que agua

¨You don´t cross a river to a new place when you die, 
my father told us. You become the river¨

Al morir, no cruzás el río hacia otro lugar, nos dijo mi padre. 
Te transformás en el río¨

K. D. Moore
Wild Comfort, The solace of Nature


Será por eso, que fuí una y otra vez al río
me acomodé entre las piedras 
y los manchones de hielo
que de a poco se iban derritiendo...
 Fui a estar por ratos con ella,
a hacerle saber que la recuerdo siempre.
Lloré mis orfandades
sostenida en los brazos
de mi madre arrullo de río
mi madre tierra y montañas
mi madre lago turquesa
mi madre calor de rayo de sol.











martes, 19 de junio de 2018

Yo no creo en el misterio de la vida

Sigo procesando lo que viví en estos últimos días en los que se debatió
y siguió debatiendo ( al menos en mi familia),
el tema de la despenalización del aborto. 
Lo hago porque es un tema que me importa, y mi manera de aportar es ésta.
Trato de hacerlo desde cierta coherencia entre contenido y modo
para no borrar lo que escribo a mano, con el codo.


En medio de varias conversaciones e intercambios con gente querida
acerca de este tema,
en algún momento alguien me dijo algo asi :

¨está muy bien, vos podés creer en el misterio de la vida,
y está bien que los que lo ven de otra manera puedan decidir qué hacer¨

Cuando escuché ¨vos podés creer en el misterio de la vida¨,
algo en mi sintió un desajuste, pero en el momento no supe ni pude descubrir
ni articular de qué se trataba esa sensación. 
En los días que siguieron, dejé que eso en mi se fuera clarificando
y hoy puedo escribirlo así.

Descubrí que el desajuste que sentí
tenía que ver con que yo NO CREO en el misterio de la vida.

Si, como leés. 

YO NO CREO EN El MISTERIO DE LA VIDA.


Yo TENGO LA EXPERIENCIA del misterio de la vida.

Y esto puede parecer una simple diferencia semántica pero profundamente no lo es. 
Y de esa diferencia se desprenden algunas cuestiones importantes,
al menos para mi.

Una creencia es una manera de conocer que nos sirve un tiempo, o mucho tiempo, o tal vez toda la vida, pero es cuestionable, desarticulable,
o como está tan de moda decir: de-construible.

Una experiencia es otro tipo de conocimiento.
Es una percepción comprendida
Es fresca. Es a cada momento.
Tiene una fuerza que se instala como evidencia
para la persona que (valga la redundancia), la experimenta.

En ese sentido entonces, experimento la vida,
como algo que me excede,
que no controlo al cien por cien, que tiene aristas o matices
que muchas veces no elegiría pero me tocan. 

Mi experiencia tiene la cualidad de una sensación profundamente sentida,
única, mía, y en un todo inexplicable en lenguaje de palabras. 

Es una experiencia que yace en un lugar que las palabras y el análisis no alcanzan
y tal vez nunca alcanzarán a tocar de lleno. 

No es una creencia
( paradigma basado en la fe y asociado a una doctrina, religión o dogma)
No es algo que aprendí en libros, tampoco en una Iglesia,
o en una clase de catequesis.
No es un paquete que compré cerrado y me tragué sin abrir.

Experimento de primera mano la vida como algo inmenso, misterioso,
inabarcable con el solo conocimiento de mi razón. 
Realmente, no llego gente, con mi limitada mente
a comprender las dimensiones, los alcances, la profundidad, en fin, tanto...

Alguien si?

Esa experiencia es acompañada por algunas cuestiones
que me saltan a la vista con bastante evidencia:
La vida me fué entregada en algún momento del tiempo
( no elegí cuando ni cómo venir a la vida)
y no me es dado saber de antemano hasta cuando durará entre mis manos. 
Hay algunas cosas que puedo hacer para mantenerla en mejor estado,
para alargarla tal vez un poco, pero nada es garantía ni total salvaguarda.
Sencilla y evidentemente, no está completamente en mis manos.
La vida no me va a pedir permiso para partir de mí
y no hay ley de ningún congreso que pueda garantizarmela para siempre.

En fin, lo se,
mi experiencia sentida y pensada me lo grita,
 no soy la dueña.

Con el paso de los años cada vez más me doy cuenta que casi nada puedo saber
con absoluta certeza acerca de algo tan inmenso y tan misterioso.
 Por eso me es difícil pensar que sobre todos sus
aspectos puedo pretender decidir. 
Voy tanteando en la oscuridad, y ante tantos temas grosos que NO SE, 
de mínima intento pisar con cuidado, porque quién sabe, 
bajo mis pies haya algún brote, que no alcanzo a ver o a dimensionar, 
y si no estoy segura, no quisiera llevarme algo valioso por delante.

Experimentar la vida de esta manera me ha hecho más humilde,
menos soberbia, y aunque todavía muchas veces lucho y me peleo con lo que es,
en mucho he aprendido a asentir, no como una cuestión de resignación, sumisión
o conformismo sino como una esencial aceptación de lo que me excede.

Por todo esto,
ante un tema tan delicado como es el del comienzo de la vida
creo hubiera ido con más cuidado.
Porque no se trata de que algunos ganen y otros perdamos
se trata de la vida, el gran misterio
y de cómo vamos a convivir en ella como familia humana.
Creo que perdemos todos si por pasar
con demasiada furia o con certeza infundada,
nos llevamos puestos sus más preciados brotes.

Por eso,
a las puertas del gran misterio que es para mi la vida
cuando me despierto cada día, 
pido seguir aprendiendo y creciendo
en la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, 
en el valor para cambiar las cosas que puedo,
y en la sabiduría para reconocer la diferencia.

Sobre todo, en la sabiduría para reconocer la diferencia.







sábado, 19 de mayo de 2018

Está su voz, que todavía susurra



¨Escribe lo que no debe ser olvidado¨ 
dice Isabel Allende.

Y leo decir a Carolina Hinojosa en un articulo publicado en On Being, (We survive by telling stories), que las personas, las familias, los linajes, sobrevivimos a través de las historias que nos contamos, 
que van pasando de generación en generación. 
Como una oración en la ¨iglesia¨ de la mesa familiar,
nos compartimos el pan de las historias,
a veces salvajes, rezos al fin. 
Historias que forman el libro de la vida, 
Historias que nos confiamos unos a otros
para de esa manera ser recordados y sobrevivir.

Storytelling is a form of prayer. 
Storytelling originated as an oral tradition. the act is a prayer, even if the folktales sound savage or bone chilling. They get carried in the mouths of our elders and are passed across generations... 
It is survival, a preservation of history...a catalog of all the places we have been...a book entrusted to its people to ensure they are not forgotten....it is in this that the history of a body of people resists being erased...
This is how people survive...¨

Entonces comparto en esta mesa hoy, mi rezo.
Paso el pan de este pedacito de historia,
que de alguna manera preserva la vida y la memoria.

Surgió de un ejercicio de escritura del taller a partir de la línea final de un poema.

Está la voz de tu madre, que todavía susurra.... 

Está la voz de tu madre, que todavía susurra
que las milanesas napolitanas son milanesas viejas,
a las que les ponen salsa de tomate, jamón y queso. 
Y a veces, ni siquiera jamón...
Podés escucharla decir que está rodeada de boludos,
e impacientarse con todo y con todos...
(y detrás de todo eso, ya sabés...el amor)
Está su voz no tan baja, 
llamando con urgencia a la enfermera
para que llame al encargado de mantenimiento
para que baje por favor varios grados el aire acondicionado del hospital, 
porque ella se muere, literalmente, de calor.
Podés escucharla decir ¨si no tuviera cáncer, sería una máquina¨,
y también ¨cuando se me vaya el dolor, la rompo¨
y enternecerte ante ese optimismo esperanzado, por ratos ciego...
Su voz, esa que durante tantos meses nombró
el profundo anhelo de volver a ver el mar,
 esa que pidió más tiempo....el tesoro más valioso.
La voz susurrante que por las noches recitaba letanías insoportables....
¨señor ayudame ¨
letanías que nos trasladaban sin escalas no tanto a Dios,
sino a un infierno de sufrimiento innombrable...
Todavía, en muchas de mis noches susurra su voz: 
¨no me quiero morir, me quiero quedar con ustedes¨, 
y me mantiene despierta, dando vueltas en la cama, escuchándola...
Todavía está su voz, susurrando su historia, sus carencias,
sus ansias, sus miedos, sus hambres, su sed...
Su voz exigente, para la que algunas veces, nada era suficiente.
Sus palabras de agradecimiento por mi compañia en las quimios,
escritas en ese cuaderno que me regalaron para mi cumpleaños.
Su furia aterrada cuando no la escucharon llamar y sin poderse mover,
pasó tanto frío esa madrugada en la cama, 
su hablar en inglés para que la cuidadora jovencita e inexperta del fin de semana
no se diera cuenta de que no la soportaba
( como si no quedara más que claro en el fulminar de su mirada).
Su voz suavecita y llorosa, pidiéndonos perdón por hacernos pasar por tanto,
( como si fuera su culpa, como si pudiera elegir curarse)
apesadumbrada por tener que pedirme que la ayude a limpiarse...
Su voz pidiendo algo más fuerte para el dolor...
mi mano firme y temblorosa, la jeringa, la morfina...
También están nuestras voces,
recitando agradecimientos alrededor de su cama,
y su voz al final, la de sus últimas palabras,
las que nos dijo mirándonos a los ojos,
antes de dormirse para ya no despertar...
Todavía está la voz de mi madre, susurrando:
¨los quiero mucho¨
y la nuestra que responde:
Nosotros también viejita,
nosotros también.

viernes, 4 de mayo de 2018

La anciana dentro de mi

Práctica de escritura
en el taller


La anciana dentro de mi dice 
que hoy es un día nuevo
y que empieza a haber un poco de claridad
Dice que si me quedo en el agua,
y me dejo revolcar, 
aún si me hundo por un rato,
pronto podré volver a respirar
y veré un sol nuevo
no tal vez el que imaginaba,
pero uno que calienta igual.
La anciana dentro de mi
dice que me anime
como me animé aquella vez, 
y aquella otra, a surfear,
que el revolcón no puede durar
por siempre jamás.
La anciana sabia dice:
animate a estar en la oscuridad
hasta que vaya llegando la claridad
prendé una luz, usá tus recursos
abrí tu burbuja,
acompañate y dejate acompañar.
La anciana dentro mío
me mira con ternura,
y me anima a caminar
me recuerda que ¨esto también pasará¨
La anciana dentro mío me escucha en silencio
me alcanza los pañuelos,
me trae un te caliente
me deja a mis anchas llorar.
Me dice: estás creciendo
la poda es necesaria
asentí a la vida
dejate transformar.
La anciana adentro mio me mira 
desde unos kilómetros más alla
me cuenta que lo que viene
es la entrega total.
Me espera, con paciencia
y anhela que pueda llegar
habiéndome hecho sabia (y savia)
y que una linda huella pueda dejar
La anciana dentro mío me cuida
me anima, me espera, y me mira
mientrás una vez más 
intento aprender a surfear.


martes, 1 de mayo de 2018

Permiso para que no sea tan feliz

¨And if your gift is to make people feel something, do not cover that in apology, do not lie to accomodate others´fear of feeling¨

Nayyirah Waheed



Las cortinas nuevas no duran mucho nuevas 
( no al menos en mi casa)
Pronto, les pasa ¨la vida¨, (o Pancha). 
Entonces son nuevas, y con agujeros.

La vida es también lo roto.

Lo que hay que coser una y otra vez.

Los huecos, girones y retazos
con los que una y otra vez estamos invitados a convivir.


dice Mary Oliver:

¨Para vivir en este mundo tenés que ser capaz de hacer tres cosas: Amar lo que es mortal, abrazarlo cerca de tus huesos
sabiendo que de eso depende tu vida, 
y luego, cuando llegue el tiempo, dejarlo ir, dejarlo ir¨

El día del cumple es para mi en ocasiones asi:
un poco nuevo, un poco roto. 
Espectativa a veces excesiva,
realidad en raciones siempre abundantes
y dejar ir, dejar ir, dejar ir.

El feliz feliz en tu día muchas veces también incluye las rajaduras que la vida le fue y le va haciendo a mi vida. Y la humedad que se cuela por ellas..., y que me lluevan todas las lluvias...

Hace unos años, sin la clara intención de hacerlo tradición,
comenzó la tradición de invitar a mi familia,
en las vísperas de mi cumpleaños
a ver algún espectáculo que ellos tal vez por su cuenta no verían. 
Cumplir en día feriado tiene esa ventaja. 
Siempre se puede comenzar el festejo la noche anterior.
Tuve un par de muy buenos aciertos en la elección de los espectáculos, y los últimos dos años, sin querer, por supuesto, decayó mi puntería notablemente. Anoche mis parientes le pusieron onda para remar un recital de poesia que calificaría de in-remable 
( en mi diccionario: dícese de aquella situación en la que aunque remes, no lograrás que no te lleve la corriente
y terminarás agotado, y en ninguna parte).
Muchos pensarán: vos también, un recital de poesía, a quién se le ocurre? O como me dijo mi maridito al salir del teatro, entre risas sardónicas: ¨la gente para festejar sus cincuenta contrata djs¨...
En fin, yo me había imaginado otra cosa,  y como ya sabemos,
no siempre la vida resulta como nos la habíamos imaginado,
y la famosa frase de los limones y la limonada...bueh.
De ahi a deambular de a pie por las calles lluviosas de Palermo, 
buscando algún lugar que tuviera una mesa para siete...
y al volver a casa, la perra, seguramente alterada
por la aparición de un gato o una comadreja en el jardín,
se había enredado en la cortina nueva,
y le había hecho un lindo desgarro,
y un buen y visible agujero.

Me fuí a dormir llorando
( no me malentiendan, 
no fue el temita de la cortina lo que fué para tanto)

Algunos cumpleaños vienen envueltos en este papel de regalo

Hoy, qué fué todo el día mi ¨feliz, feliz¨ cumpleaños,
me lo pasé sonándome los mocos
con el rollo de papel de la cocina, 
después de cada brote de llanto.
Un día que algunos podrían catalogar de:
 ¨para el olvido y el espanto¨,
un día al que yo le hago lugar como viene,
y trato de entre mis pertenencias, acomodarlo.
 Como dice Rilke
¨Dejo que todo me suceda
la belleza y el terror.
Solo sigo adelante,
ningún sentimiento es definitivo¨

Hace poco, alguien, ante algo que escribí,
me comentó cuánto la aliviaba leer
que a mi también me pasan cosas
como el miedo, la inseguridad, la tristeza, el llanto. 
Pensando en eso decidí escribir este pequeño relato. 
Escribirlo me alivia, porque decir la verdad alivia siempre, 
y no solo cada tanto. 
 Y porque, compartiendo, abrigo la secreta esperanza
de acompañar y amparar
con mi paraguas de palabras,
a algún alma que ande a la intemperie,
suelta entre la gente, mojándose bajo la lluvia torrencial,
no siendo tan ¨feliz, feliz¨, el día de su cumpleaños.