La repetición, esa fiel compañera

 
Dicen por ahi que
repetimos para no recordar.
Repetimos, en infructuosos intentos
de volver y mejorar aquello que fué.

A veces repetimos porque es lo único que nos sale, todavía.
La repetición nos agarra desprevenidos.
(Justo cuando parecía que teníamos la pelota dominada)
A pesar de venir dándole al recuerdo, duro y parejo.
A pesar de saber (con la cabeza) que el pasado no es hoy,
( por eso se apellida ¨pasado¨), y  que el pasado no se cambia.

Como los dientes, que incluso después de varios años de ¨enderezados¨,
insisten en volver a su lugar de origen aunque sea un lugar un poco ¨torcido¨.

Decimelo a mi, que de un alambre pasé a otro,
y ahora al adminículo de acrílico...(contención le dicen)
y te descuidás un tiempo, más que el aconsejable,
y zas, un rebelde se vuelve y se te deforma la sonrisa Kolinos
que con tanto esfuerzo supiste conseguir! (no eran eternos los laureles!)

Dientes aparte,
cada repetición duele,
(y qué impotencia a veces no?)
pero es también
una oportunidad, (otra!)
para volver a mirar, para volver a pasar por ahi,
para darnos cuenta, con el cuerpo y con el alma,
y la próxima vez, quizás, hacer algo
un poquito distinto
aunque más no sea.

Si, (geloouu!),
es poquito lo que vamos pudiendo,
pero amigarnos con eso, es
lo que nos permite
seguir caminando.

Vamos que seguimos, un paso a la vez!