martes, 5 de junio de 2012

Memoria y presencia



Cuántas cosas uno olvida de la infancia.
Algunas, mejor perderlas que encontrarlas, otras, ya dejarlas prescribir;
y otras, aparecen casi sin querer, y llegan como regalos que enriquecen
lo que somos hoy.
Mis amigas del colegio, cada tanto, quizás sin proponérselo,
me hacen esos regalos, trayéndome algo de la tierra del olvido,
piezas de un rompecabezas en armado permanente.
Recuerdos que me hacen saber (o volver a saber) algo de mi, que me dicen que fuí por ellas querida, cuidada, con esa bondad y ese compañerismo fresco de niñitas, dispuestas a mucho (hasta a perderse un recreo tras otro) para ser compañia en tiempos difíciles.
Agradezco éste regalo que son mis amigas del colegio, el regalo de poder ser memoria y presencia unas para otras, y el tener hoy, después de tantos años, la oportunidad en nuestras manos, de seguir queriéndonos y cuidándonos. Con la bondad y el compañerismo, transformados por el paso del tiempo, la madurez y las arrugas, y todavía dispuesto a mucho para hacernos mutua compañía.



6 comentarios:

  1. Gracias Flor, por tu amistad que, después de tantos años, la imagino y deseo como eternizada en el tiempo. Te quiero, ch.

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    1. Hay recuerdos que nos reconfortan convertidos en presente, reencontrándonos con lo que fuimos y con lo que jamás perdimos. Beso grande.

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  2. Si Ch, yo nos imagino viejitas y achacosas, riéndonos a carcajadas! Beso grande amigueta!

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  3. qué buena síntesis... memoria y presencia,infancia, regalos,compañerismo, niñitas, oportunidad... sos una a maestra Flor, gracias por poner en palabras tanto sentimiento, por más presencia y más memoria!! abrazo, vic

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  4. perdón "una maestra" quise decir, se me escapó una a de la emoción... jaja

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