En la variedad la riqueza

"Hay un malentendido casi extravagante en el mundo del actor y es que muchos dejan de formarse considerando que ya no hay ningún maestro que pueda aportarles algo nuevo. Pero la formación del actor, como la del bailarín o el cantante, no termina nunca. Es algo constante que se nutre de otras experiencias y disciplinas que van mucho más allá de las clases de actuación. No es una formación cerrada y finita. Debe involucrarse en despertar cuerpo y mente. Está la pintura, la poesía, la cama elástica... Cuando yo comencé a practicar en la cama elástica, las devoluciones que me daba el profesor podían perfectamente aplicarse al teatro". O. Guzmán (via Me cago en la bohemia)

Algo de esto me pasa con el canto (entre otras disciplinas y experiencias con las que me voy involucrando). Mi trabajo de psicóloga se nutre y enriquece con la música y con los pequeños/grandes procesos que se despliegan en cada clase, mostrándome algo nuevo, que puedo perfectamente aplicar a mi trabajo acompañando personas en el ámbito del consultorio y también en los talleres. En cada clase despierto cuerpo y mente, y constato, una y otra vez, que todo tiene que ver con todo ( y no como me decían de chica: ¨¿qué tendrá que ver el culo con la memoria?¨), y que en todo hay algo rico para mi, y después, a través mío, para otros.
Y asi, la cadena ¨alimenticia¨!
También leí por ahi que ¨maestro¨ es el que tenés adelante de tus ojos. Y no siempre es mayor que vos en edad, ni del mismo palo.
Asi miradas estas cuestiones, la formación y el aprendizaje son posibilidades permanentes y casi infinitas, y los maestros, innumerables.
Por todo esto, hoy va este post en homenaje a Maca, mi maestra de canto, que cumplió años, (es bastante menor que yo!), con quien sigo aprendiendo a darle tiempo a los procesos, a percibir y permitir, a no tenerle miedo al rídiculo, a disfrutar de la música, de la voz, a darle a mi cuerpo lo que necesita para expresarse más nítidamente, con más fuerza, y con autenticidad.
Gracias Maca, una maestra!