A veces, las palabras hiladas desde un lugar de poder, y sin cuidado, definitivamente olvidan el corazón. Desde un lugar de ¨relativo¨ poder, es fácil caer en la tentación de creer que se puede
decir cualquier cosa en cualquier momento. Fácil perder de vista que del otro lado, hay una
persona a la que esas palabras pueden llegar como balas, ante las que se queda pasmado, mudo, impotente en el instante. Pedaleando en el aire, anotando en la mente. Teniendo que recorrer
después, almohada y cuaderno, el camino de des-engancharse de tanta bala innecesaria,
cruel y poco oportuna.
...quizás la próxima, lo logre, y me destape emitiendo con voz firme y sin temblores,
un trago fuerte, de esos que dejan al supuesto ¨poderoso¨, con ganas de la próxima vez,
tener más cuidado.
Ojito!
Buenísimo Flor, alguna vez me he quedado atragantada, que fea sensación.
ResponderEliminartal cual Lola, sensación fea de atragantamiento, algo que no pasa fácilmente por la garganta, algo que no puede salir, y todo ahi hecho una maraña molesta!
Eliminar¡Por suerte no pasa muy seguido! Pero cuando pasa, cómo duele ... hasta ahora no he podio desengancharme con la almohada y el cuaderno: más bien he deseado volver el tiempo atrás - que tampoco se puede... Pero está bueno esto de estar atentos a que no pase - o al menos de tener más cuidado. Beso
ResponderEliminares verdad, eso también pasa, quere volver el tiempo atrás, repasar en la mente loca todo lo que hubiéramos dicho o hecho en lugar de todo lo mudos que nos quedamos! Agotador, pero tan cierto! Gracias Dolo
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