¨Comprendí que (a veces) hay que mirar las cosas desde afuera para que el desorden se convierta en orden y tenga un sentido. Todo se entiende y se aprecia de otra manera¨
Carmen Martín Gaite
Cuando salgo a caminar sola por el barrio, joggineta y zapatillas agujereadas, cada tanto me cruzo con un vecino que también camina solo. Me parece que tiene unos años más que yo, o por esas cosas de la negación, yo me creo más joven. El camina ¨deportivamente¨, en silencio, a buen ritmo. Nos saludamos con un buen día, o un movimiento de cabeza.
Hoy me lo crucé y por primera vez, no caminaba solo. Caminaba con otro señor, de su misma edad (más grandes que yo, seguro!), también de joggineta y zapatillas. Imaginé que era su amigo. Iban conversando y riendo. Yo a veces también camino con una amiga. Conversamos, reímos, a veces lloramos. Hasta acá, nada fuera de lo común.
Lo sorprendente de la cuestión ( al menos para mi esta mañana) es que el amigo mientras caminaba, iba fumando.
Al pasar frente a ellos y cruzar las miradas, tuve que hacer un esfuerzo para cerrar la bocota y no hacerle un comentario/chiste inoportuno al caminante fumador.
Seguí mi marcha pensando en los dos amigos. Imaginando su charla, y lo que en un primer momento empezó siendo un ¨qué divague, para qué camina si va a fumar?¨, se fué transformando en un ¨qué ternura, camina, quizás para pasar un rato con su amigo, y camina como puede, que en su caso es fumando¨.
A veces caminamos solos, otras tenemos el placer y el privilegio de caminar con otros.
Caminamos con otros como mejor podemos, otros caminan con nosotros como mejor pueden.
Que, me atrevería a decir, siempre es mejor que nada.
Muy buena reflexión Flor...para detenerse en el medio de tanta "caminata sin motivo" y tratar de encontrar uno que valga la pena.
ResponderEliminarBeso enorme
Gracias Carito!
EliminarPrecioso!
ResponderEliminarCaminamos con otros, otros caminan con nosotros... tenemos conciencia de lo afortunados que somos? A veces poca, por eso hoy quiero agradecer!
Besotes Florcita!!!
Es verdad Anita, qué importante parar un segundo, darse cuenta lo afortunados que somos y agradecer! Gracias por pasar y compartir!
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