Frente a un rancho que tengo..., pongo éstos versos colgados en un alambre. Es a ver si pasa algún caminante, y al verlos como ropa al viento... puede que salude agitando una mano como si hubiera encontrado algo suyo. ...y diga: Si, ahi está colgado lo mismo que yo quería decir. Palabras tendidas, Jorge Escudero
jueves, 25 de abril de 2013
Crianza, otra vuelta.
Había algo ahi
algo que se había instalado,
no molestaba demasiado,
o al menos eso parecía,
me acompañaba hace un tiempo a todas partes,
de fondo, como un paisaje borroso,
de esos en los que por no resaltar nada
parece que no hay nada,
pero claro que hay algo...
Un día me di cuenta de que ese algo,
seguía borroso,
pero empezaba a molestar
en la forma de cansancio,
un cansancio en el cuerpo,
sobre todo en el cuerpo.
Ya no se contentaba con quedarse arrumbado
juntando rigidez en el fondo,
quería ser figura, y ser visto, y transformarse.
Entonces fué que recordé
algo que se hace ya tiempo
pero que cada tanto olvido.
Recordé que si no escucho eso que está,
( por más borroso que parezca),
si no le presto atención,
si no le hago espacio, y le pregunto,
si no le doy la bienvenida
y no me pongo en sus zapatos
para tratar de entender lo que le pasa,
lo que me dice,
lo que me trae,
se retira por un tiempo al fondo,
para aparecer de nuevo con más fuerza
tal vez con furia o con violencia,
o se solidifica, se vuelve rígido,
con apariencia de inamovible,
por esto de que
lo que se resiste persiste.
Recordé, y entonces escuché
o mejor dicho, empecé a escuchar,
a darle tiempo a eso para que se muestre,
para que me diga, para que esté.
Y permanecí con aquello
que todavía está en proceso de
mostrarse, significarse y transformarse,
y me conmoví ante la posibilidad
presente en mi,
de ser paciente y amorosa conmigo
y con cada uno de los ¨algo¨,
con cada paisaje borroso
o definido
que habita en mi interior.
Lágrimas de ternura corrieron por mis mejillas,
en agradecimiento otra vez ( otra más!)
por el maravilloso regalo que es poder ser testigo,
y partera,
esta vez en mi,
de un proceso de transformación,
chiquito y gigante.
Gigante por lo amoroso y lo abierto al misterio
de lo que tal vez alguna vez
se terminará de develar. O no.
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Me encantó, Flor.... Ir a nuestras profundidades a mirar y enfrentar lo que hay allí. Y dejarse llevar por los caminos que nos van descubriendo el misterio...aunque nunca se termine de develar!!!!
ResponderEliminarUn besote y gracias!!
Ber