¿Cuántos somos, me pregunto, los que de aquí nos iremos sin haber logrado nunca un cabal discernimiento del mundo en que vivimos?¿cuántos fueron y serán los perplejos y abrumados cuyos ojos cerrarán manos piadosas sin que a tanto dilema esencial, como el que impone el oficio de estar vivos, hayan encontrado solución? Vamos y venimos por un laberinto de significados y sinsentidos, con más fervor que claridad...
S. Kovadloff
¿Cuál es el sentido?, me pregunta.
Que alguien me lo diga, o me lo muestre,
me lo traiga,
o me lo saque de donde lo tengo enterrado.
¿Se puede eso?
No se, no lo creo.
El sentido suyo no es algo que yo tenga,
ni que pueda inyectarle, desenterrarle,
o insuflarle, respondo.
El sentido está ahi, adentro,
corre como un río,
crece, baja, se desdibuja y
se pierde a cada momento.
Si nos quedamos quietos, atentos,
en silencio y a la escucha,
quizás viene a buscarnos,
tal vez salimos a su encuentro,
haciendo lo que amamos,
y en un chispazo, en un segundo,
un vislumbramiento,
que no puede siquiera decirse
avanza impetuoso, se derrama,
nos toma de la mano, nos abraza,
lo abrazamos.
De tanto en tanto alguna imagen,
o alguna palabra
nos rescata por un breve instante
de esa neblina sutil/densa
en que consiste
no sabér el qué,
el para qué, y por dónde
de todo esto.
Flor
We writers who mine our personal veins, who find the stories in our own
lives and dive deep, searching for the ways to make order out of chaos,
are not doing so because we want to be reality TV stars, or because
we're exhibitionists...,we are building blocks to form a tower. We are attempting to
make sense out of what we can -- to reach out a hand to the reader
across a rough sea of isolation and separateness and offer up something
that has shape, integrity, even beauty...
Dani Shapiro, On memoir
Al escribir supero la impresión casi constante de que estar vivo es estar perdido. Lejos de evadirla, al escribir encaro esa impresión, la enfrento, la escucho...es evidente que escribir no me salva ni me rescata sino momentáneamente del naufragio. Cada texto terminado me devuelve a la turbulencia de las olas, y de ella vuelvo a escapar escribiendo.
S. Kovadloff
Muy bueno!
ResponderEliminarMario Levrero se pasó dos años tratando de escribir "La Novela Luminosa" un texto que intentaba capturar y contar esos breves instantes de lucidez, chispazos en cualquier momento inesperado. Y mientras tanto, iba escribiendo un diario donde dejó patente que casi todo ese tiempo anduvo ciego y a los ponchazos como todos nosotros.
Un beso, te quiero mucho, sos mi autora preferida.
Tu fan #1.